Todos guardamos secretos. Algunos durante años. Otros durante toda la vida. Tal vez sea por eso por lo que mi padre afirmaba que nunca se acaba de conocer a las personas. seguir leyendo »


Todos guardamos secretos. Algunos durante años. Otros durante toda la vida. Tal vez sea por eso por lo que mi padre afirmaba que nunca se acaba de conocer a las personas. seguir leyendo »
Cada mañana te veo. Te veo en los rostros pequeños que me rodean a las diez en punto, rostros de manos inexpertas que se empecinan en darse unos botones que se les hacen un mundo. seguir leyendo »
“Sólo es laburo, laburo nomás”, repetía como un mantra.
Gualterio Falcón nunca desperdició una palabra, un gesto, una sonrisa. Gualterio era seco cual la tierra en invierno y espeso como los yerbatales. seguir leyendo »
—Niños, venid, papá está en casa.
Así fue cómo mamá dio por concluida la inexplicable ausencia de mi padre. seguir leyendo »
A vista de pájaro la plaza de Cataluña parece un tapiz formado por un sinfín de cabezas desplazándose anárquicamente mientras representan un dibujo vivo e inestable. seguir leyendo »
A mí me gustaba el Mirto. No sé si aquello sería amor, aunque yo con doce años y convertida en mujer de golpe tras la muerte de mis padres, ya estaba más en cosas de mayores que de críos. seguir leyendo »
«No puede ser», pensé al ver la lividez de su rostro y sus ojos irritados, «estaba llorando». Nos saludamos apenas: un movimiento de cejas, una conjetura de sonrisa después del hola usual; ésta vez pronunciado en tono apático. seguir leyendo »
Día sesenta y dos en el infierno
Es inútil pedirle a un río que se detenga; lo mejor es aprender a navegar siguiendo el sentido de la corriente. (Anónimo) seguir leyendo »
El aceite comienza a humear en la sartén sin darme tiempo a acabar de picar la cebolla. Bajo el fuego y resoplo cansada apartando el flequillo que me cubre los ojos molestándome todo el día; ya va siendo hora de ir a la pelu. seguir leyendo »
Las manos no siempre mienten, me dijo. Yo lo miré, sorprendida. Era la primera vez que me dirigía la palabra y apenas pude controlar el rubor que subió a mis mejillas. seguir leyendo »
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