283- Es la misma para todos. Por Ulises
Hablo del dolor que se te pega en la mañana, atrapado en los pulmones de la mente. Es un aire marrón que nubla la distancia, que hace que los círculos dejen de cerrarse.
Hablo del dolor que se te pega en la mañana, atrapado en los pulmones de la mente. Es un aire marrón que nubla la distancia, que hace que los círculos dejen de cerrarse.
Viajo a tierras desconocidas en las alas de mis sueños, la greda suave de mis pies descalzos oculta mi paso cansado,
Suena como siempre el despertador puntualmente Patadas, un golpe y algún que otro cabezazo El aparato acaba roto de un manotazo Me levanto pese a mi sueño tan insistente
Anduve hacía tiempo que no encontraba caricias ni piel
Al final del camino yo te sigo. Hay líneas que no son rectas pero las sigo.
Que desazón tu nombre En esta inclemencia compartida Estas horas vencidas En que duermo
I Le advirtió al acusado no acercarse a ella, advertido empero, no hizo caso de ello ahora cual vil plebeyo encara de la dama una querella
La tarde de junio llegó y se fue para siempre, De mis ojos y brazos te desprendiste, así tan natural…
Pareciera que los ojos no fueran realmente ojos que tus penas no fueran igual a la mías mientras miro al espejo y logro verme y tú lo haces y solo tú sabes a quien ves.
Pienso, inconstante, el temor que nos persigue sin querer dejar un hueco, entre el tiempo ya pasado y el azúcar prometido.