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VIII Certamen de Narrativa Breve 2011

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3- Casi perfectos. Por Pluma inquieta

      ¿Cómo estás, chiquita? Tanto tiempo que no nos veíamos… Cien años casi,  ¿no? Sí, un poco menos,  justo antes de la primera guerra mundial, ¿te acuerdas? Cómo para olvidarnos, ¡qué bailecito!, hasta El Jefe en esa época estaba preocupado. Recuerdo que  nos vimos el mismo día en que asesinaron a Francisco Fernando de Austria; yo cuidaba a un comerciante de Sarajevo y tú a una lavandera de la zona. Y qué bien que lo hicimos… bah, como siempre; tu protegida murió a los 99 y el mío a los 103; los dos en paz, y en un sueño, como le gusta al Patrón. En ese momento era tanto el miedo reinante que, hasta nosotros, que ya éramos veteranos en estos asuntos, teníamos pavura de perder el trabajo. Y bueno… siempre nos quedó grabada la frase que El Jefe nos dijo allá en los tiempos de Gregorio VI: “nadie dura toda la vida en este trabajo”. Pero parece que nosotros rompimos la regla: a ver… ya llevamos… uy… no lo puedo creer… ¡mil años! Sí, chiquita, mil años como ángeles de la guarda…, viviendo pegaditos  a seres humanos, salvándolos de una bala, de un carruaje desenfrenado, de una puñalada gris o de una peste. Lo hicimos bien… quién puede dudarlo, todos nuestros protegidos llegaron a la meta como quiere El Patrón: por  muerte natural. Mira, va a parecer un sacrilegio lo que voy a decir, pero  más de una vez me ha dado en pensar que tuvieron suerte todos los colegas a los que se les murió alguno antes de tiempo. Ahí los tenies: gozando de un retiro obligatorio, tocando el arpa o repitiendo alguna jaculatoria en honor a  un santo del que ni se acuerdan el nombre completo. Está bien… cálmate, no te horrorices, ya sé que nuestra tarea es un privilegio. Pero a veces uno tiene ganas de otras cosas, más en el mundo de hoy… con tantas novedades… ¿Qué andás haciendo acá en un banco de Madrid? Ah, cuidando a esa viejita; yo cuido a aquél, sí, el que está detrás de ella en la cola de jubilados; mira  qué casualidad, a los dos les falta poco, pero los tenemos bien resguardaditos. Pensar que están ahí solos y ni saben que nosotros, invisibles, etéreos, estamos hablando de ellos. ¿Qué dices?, ¿que la vejez es sinónimo de soledad? Y sí… pero nosotros no somos Cupido; además, al lado nuestro, estos son dos chiquillos. ¡Te ríes! Conservas la misma risa de siempre. Nunca te lo dije, pero cuando vos sueltas una carcajada parece que todo el universo se detiene a escuchar tus labios vibrando. No… qué voy a ser  poeta…, pero no te olvides de que cuidé a unos de los grandes amigos de Joachin du Bellay, y algo de aquellas conversaciones literarias debe haber quedado en mi cabeza, aunque ya  hayan pasado unos quinientos años. Me pregunto qué pensaría aquel francés si me escuchara hablar con este acento de español globalizado, con este vocabulario acotado bien al estilo Facebook,  Y bueno… uno tiene que adaptarse a la forma de hablar del lugar y del tiempo donde vive.

              Oye, parece que la cola no avanza, pobrecitos estos dos… tanto tiempo parados para cobrar una miseria. Qué mal se trata a los ancianos hoy en día, ¿no? Qué paradoja… la ciencia  les alarga la vida a los humanos y los propios humanos se encargan de maltratarse. A veces los veo tan contentos con sus avances, tan sorprendidos  porque la medicina  les ha hecho pasar la barrera de los 120 años… Qué poca idea tienen de la eternidad…, de este universo inabarcable que habitan, de este cosmos sideral en que una estrella tarda eones en despertar, en que una piedra dura millones de años sin corroerse. Qué te voy a contar a ti que lo sabes al dedillo.

          Pero hablábamos de tu risa, sí, aunque te sonrojes hablábamos de tu risa. Creo que la primera vez que te escuché  reír fue un mes antes  de que al  loco de Urbano II se le ocurriera lanzar la primera cruzada. Todavía me acuerdo de la frase que dijo: «Dieu lo volti». Dios lo quiere… El Jefe estaba furioso, harto de que los Papas se arrogaran el derecho de interpretar su voluntad… Imagínate cómo estará hoy. La cuestión es que el chiflado aquel mandó a un tal Pedro de Amiens a reclutar gente. No sé si lo recuerdas. El tipo consiguió no sé cuantos pobres, los alistó y los mandó a pelear contra los turcos. Decir que los hicieron mierda es poco… Ya sé: no es vocabulario para un ángel. Pero qué quieres… a pesar de tantos años transcurridos todavía me persigue la impresión. Yo cuidaba a uno de esos indigentes devenidos en soldados cristianos para esa locura, y gracias a mí el tipo fue uno de los que se salvó… Todavía no sé cómo hice; sed, cansancio, combates… creo que si hoy en día me tocara un trabajo semejante  no podría hacerlo. Queda mal que un ángel de mi experiencia lo reconozca, pero ya en pleno siglo XXI prefiero quedarme en una ciudad cuidando a un empleado municipal, o a un profesor de piano de un conservatorio que espere jubilarse después de treinta años enseñando las mismas lecciones del método de Diabelli.

       Hablando de jubilados: esta cola no avanza. Salgamos un ratito a la vereda, total acá no pasa nada, qué les va a hacer a estos dos que los dejemos solos un poco. Sí, dale, ven conmigo, no seas tonta, tenemos derecho a un recreo, aunque sea unos minutos de ésos que los humanos llaman ocio y que nosotros jamás conocimos, ¿no te parece? Mira qué mesitas en la vereda; sí, ya sé, El  Jefe nos tiene prohibido que nos  sentemos, pero déjame imaginar  cómo será eso de llamar a un mozo y pedirle unas cervezas y unas salchichas, y quedarme mirando un poco tus pupilas y dejar que el mundo gire solo  por un rato. Bueno, está bien, un par de minutos y volvemos adentro a cuidar a mi Don Ernesto y a tu… ¿Cómo se llama tu protegida actual? Ah, Lucía. Harían linda pareja: Ernesto y Lucía. Pero ya lo dije hace un rato: no somos Cupido. Aunque fuimos testigos de más de un romance. Si no me equivoco tú cuidaste a una amiga íntima de Beatriz Enríquez de Arana… Vamos, pequeña, que en toda la corte celestial se comentaba que esa mujer era amante de Cristóbal Colón… Pensar que los libros de historia dicen y se contradicen sobre la vida de esa misteriosa señora y yo tengo, ahora mismo,  delante de mí a alguien que debe saber todos los pormenores del idilio… Sí, ya sé que no se nos permite ventilar los detalles ocultos de las vidas que resguardamos; pero ya pasó tanto tiempo…, además es un hecho histórico que cambió el mundo… Cambiar el mundo…, linda frase, ¿no? Si los hombres supieran que cambian el mundo día a día… quizá estarían más atentos a las estupideces que hacen. 

          ¿Qué dices? Ah, que tenemos que volver enfrente. Pero dale, suelta solamente un dato. Se decía que esta Sra. Beatriz era hermanastra del Rey Fernando el católico,  ¿era cierto?  Bueno…, no te pongas así… Es que el amor es el gran tema,  chiquita. Fíjate por ejemplo esa parejita que acaba de ingresar al bar. Entremos, acerquémonos un poco. ¿Qué? ¿Que tienen sus ángeles y que nosotros no podemos entrometernos? Lo único que me faltaba: que te pongas en sindicalista. Los ángeles que tienen son jovencitos, ni nos van a ver, tendrían que estar orgullosos de que nosotros, con todo el oficio que tenemos, nos acerquemos un rato. Te decía del amor, eso que en tantos años de servicio nos hemos perdido…; fíjate cómo se toman de la mano, cómo se miran, cómo se hablan en voz casi inaudible, cómo están ajenos al ruido de las mesas cercanas, de la gente, de la calle, de… ¿Qué? ¿El ruido de qué? ¿Qué explosión? Yo no escuché nada… Sí, la gente sale a la calle, pero yo no escuché nada, quizá estaba tan ensimismado con esta pareja que… Cálmate, chiquita, debe haber sido algún loco jugando con pirotecnia. Te digo que te calmes… ¿Adónde vas? Espérame… espérame que voy yo. Quédate aquí. No me sigas. ¡No me sigas, te digo! ¡No mires! ¡No mires! Por favor no mires… no te enteres de nada, no sepas que la explosión fue enfrente. No sepas. Ven a mi pecho, si te sirve mi abrazo, ven a mi pecho; pero no llores, no mires y no llores… Ya lo dijo El Jefe hace como mil años: nadie dura toda la vida en este trabajo.

                                               ____________________________

14 Comentarios a “3- Casi perfectos. Por Pluma inquieta”

  1. Mina Harker dice:

    Me agrada el monólogo en el que vas descubriendo poco a poco quién habla, qué hace y para qué sirve.
    Un relato que te pide seguir leyendo para conocer más cosas sobre esos dos ángeles y que termina como
    estaba marcado desde un principio… ¡ay si hubiera hecho caso a su compañera y no se hubieran movido
    de allí! Aunque, ¿eso hubiera cambiado algo?
    Suerte.

  2. Pluma inquieta dice:

    ¡¡Gracias Mina!!

  3. Pepito dice:

    Confío que las puntualizaciones históricas, que hace, sean correctas y no las haya sacado de la «Wilkipedia» (no me apetece comprobarlas)… Y poco más se puede decir de su trabajo, salvo desearle suerte, porque la necesitará…

  4. Barba Negra dice:

    Es bonito el monólogo.
    Suerte

  5. Lucile Angellier dice:

    El relato parte de una idea original, el punto de vista de un ángel de la guardia, pero creo que se dispersa mucho, y eso hace que pierda unidad. El final se veía venir, ni los ángeles pueden estar en dos sitios a la vez. Suerte en el certamen.

  6. MOREDA dice:

    BONITO CUENTO, PERO HAY QUE DARLE UN JALÓN DE OREJAS A ESE PAR DE ÁNGELES ¡MIRA QUE DESCUIDARSE!

  7. Welma dice:

    A mi me ha gustado. Pero un poco persistente y charlatán si que es este angelito ehh?. Te deseo mucha suerte!

  8. Heke dice:

    Buen relato. Me ha gustado. Suerte.

  9. Ojo de halcón dice:

    Tal vez tendría que preguntarse qué necesidad tenía usted de contar una historia que no aporta nada, ni siquiera estilísticamente. Salvo que tan sólo sea hablar por hablar.

  10. Jara Maga dice:

    Imaginativo y bien escrito, aunque a ratos el monólogo se hace largo y pide a gritos un poco de diálogo.

    Mucha suerte.

  11. LUPE dice:

    Suerte

  12. NOSKI dice:

    No sé si serán reales todos los datos que sueltas, pero has dado un pequeño repaso a la Historia (Urbano II y su cruzada, la amante de Cristobal Colón, Fernando el Católico…). Quizá debieras haber incluído algún diálogo que cortara el ritmo del monólogo. Se hace un poco reiterativo, al menos para mí. Y luego la situación de los propios ángeles, sus condiciones laborales, cómo los vigila El Jefe. En fin quizá demasiadas cosas para un relato, Y, ya sabes, el que mucho abarca, poco aprieta. Me resulta demasiado apabullante, aunque hay algunas frases interesantes(si los hombres supieran que cambian el mundo día a día, quizá no hicieran las estupideces que hacen o algo así). Es verdad que es imaginativa la idea, pero yo hubiera tratado de esconder lo que son hasta más avanzado el relato. En fin suerte en el concurso.

    Por cierto, yo también tengo un relato en el concurso y me gustaría saber tu opinión. Es el número 179-Danza Contemporánea. No necesito ningún voto, lo que necesito es saber si tiene algún valor para EL LECTOR. ¡Qué puede estar bien o mal! ¡Qué añadirías o quitarías! Si está bien o mal adjetivado, si el ritmo literario es interesante. Si es demasiado técnico o no. En fin, el PUNTO DE VISTA DEL LECTOR. Sin agresividad pero sin ningún reparo. A mí éste me parece un buen concurso justamente por lo que digo, por que se publican todos y da oportunidad de saber la opinión de otros LECTORES, que es lo que a mi me interesa. Pero hace falta leerlos y a veces…. Ya sé que hace falta tiempo. Sinceramente te lo agradecería. Como te decía, suerte con el tuyo.

  13. Ambrose Bierce dice:

    El argumento es muy original, no puede negarse. He echado en falta la réplica del ángel femenino (creo que era femenino, ¿no?, aunque ya se sabe lo que se dice del sexo de los ángeles). Quizás un poco más de diálogo no habría estado mal, aunque éste es el punto de vista que elegiste y sobre eso no hay discusión alguna. Un buen relato.

    Mucha suerte para el certamen

  14. AVAL dice:

    Tarea dura que me he planteado de tratar de leer los más relatos posibles. Me ha gustado tu monólogo, y mucho. Tengo uno en mis archivos, donde hago una retrospectiva a la niñez. Su creación fue muy espontanea y después no sabía qué hacer con él; no tenía idea de su apropiada estructura. Por internet logré encontrar libretos de monólogos interesantes. Uno de ellos es “El Diario de un Loco” y el otro, que es casi monólogo, “A otra cosa, mariposa” de Juan Manuel Martins. Eso me ayudó para transformar ese monólogo en libreto para ser representado. Todo esto te lo comento porque creo que lo que ahora nos presentas de verdad vale la pena; te felicito por ello y gracias por compartirlo.

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