Müller o Artaud, incluso Lautreamont, tienen a menudo un estilo muy semejante. No obstante en ellos, a pesar de un lenguaje tan surgido de las entrañas, te conducen a algo. El problema que veo con tu relato es que no conduce a ningún sitio o quizá tenga demasiado sueño para captarlo. En cualquier caso te doy mi enhorabuena por atreverte con el formato, es muy valiente.
Antistenes, chato, será escuela lacaniana y no lacasiana, a no ser que haya una corriente que trabaje con lacasitos 😉
Debe olvidar a su psicoanalista durante una temporada, aunque sea lacasiano…
francamente se me hizo una pérdida de tiempo el haberlo leído, pero algún mérito debe tener para estar en esta antología.
Comentario 1: Sin comentarios.
¿Por qué? : Y ¿por qué no?. O tal vez porque sí. Bueno, no sé, es todo tan confuso.
Seguir el rastro de la ciudad es sorprendente
¿¿Antología??
Curioso.
Ah.. del relato. Me quedo con la última frase. Se puede escribir un tratado nada breve con, sobre ella. O toda una biblioteca.
Con el resto, pues…
Buenísimo. Una obra maestra.
Müller o Artaud, incluso Lautreamont, tienen a menudo un estilo muy semejante. No obstante en ellos, a pesar de un lenguaje tan surgido de las entrañas, te conducen a algo. El problema que veo con tu relato es que no conduce a ningún sitio o quizá tenga demasiado sueño para captarlo. En cualquier caso te doy mi enhorabuena por atreverte con el formato, es muy valiente.
Antistenes, chato, será escuela lacaniana y no lacasiana, a no ser que haya una corriente que trabaje con lacasitos 😉
Suerte.
Seres.. ¿lees para que te conduzcan?
¿Valiente? Extraño concepto del valor.
Comentarios cada vez más curiosos.
Ahora que sé que su mujer tiene remolinos en la cabeza y que la revolución rusa tiene su origen en el subibaja, me quedo más tranquilo.
Mucha suerte.