214- Dame solo diez minutos. Por Mukentagara
Un minuto de vida para respirar El cielo profundo Dos minutos para amar Y ser amado
Un minuto de vida para respirar El cielo profundo Dos minutos para amar Y ser amado
Una marioneta, un títere, vil sombra. Interna en aquella mano queda.
Terrible destino vivir la muerte queriendo morir y ya estando muerto Dejar de vivir en vida sin que nadie sepa que ya eres muerto
Ante la sombra ubicua en un rincón ubicuo hay una puerta que está siempre al alcance de tu mano
Porque tú me quieres se me agranda el alma, puedo tocar el cielo y remover las entrañas de la tierra,
DE CAMINAR SOBRE PIEDRAS EN UN FANTASMAL BOSQUE DE ZARZAS ENCENDIDAS
Naces en un mundo alborotado gateas sobre algodones creces entre bribones pero nunca te han preguntado.
¡Dónde estás! que te he buscado por el cuerpo de varios hombres y no te encuentro.
Te quiero, con las tristes ojeras de tus noches, con tus labios sin rouge de madrugada, más allá de tus piernas y tu escote.
“Una parte de mi es el suspiro de estas tristes letras infinitas ancladas en mi voz al fondo, como un navío huérfano y falto de timón, de velas y de vientos,