Aquel día el sol estaba radiante. Ella se dirigió al Parque Santa Catalina como hacía habitualmente.
Al llegar allí le sorprendió el rostro de un joven y sintiendo un impulso repentino apenas vió que él la miraba y se sentaba un poco fastidiado como si el paso de largo de ella lo hubiera dejado anonadado se dirigió hacia donde estaba él y le dijo: -Te conozco de algo. Te pareces a un amigo mío
que está de viaje.
Y él le contestó: -No te conozco. Entonces ella le propuso tomar una copa y él aceptó.
Se sentaron lado a lado en la terraza y ella le tomó de la mano y se la empezó a acariciar con la muñeca y de repente, le dijo: -¡Bésame! Y él le dio un beso en la boca sin lengua. Entonces él le pidió un cigarrillo y ella le dio dinero para un paquete. Y él se fue. Se marchó a comprar los cigarrillos
Y no volvió.
Un betunero que había estado observando la escena se acercó a la muchacha y le dijo que el muchacho se había marchado.
Y ella así se marchó.
Este fue el primer encuentro entre los dos.
Ella se marchó pero no había renunciado a él. Seguiría intentando localizarle pues era un honor que un chico te aceptara una copa y conversación sobre todo uno como ese tan atractivo.
Por ello al otro día apareció por el Santa Catalina y poniéndose en pié en el centro del Parque lo esperó como si se tratase de una prostituta.
El betunero la saludó y ella le preguntó por el muchacho y le dijeron que
él solía aparecer por allí a las 12 ó l6 horas.
Ella le dio las gracias y se quedó esperando al muchacho.
Y tuvo suerte porque el apareció. Se saludaron y el aceptó tomarse otra copa con ella y entonces se quedó largo rato contándole parte de su vida que al parecer había sido muy movida y que a ella le encantó. Poco después
se despidieron.
Al siguiente día volvieron a encontrarse en la terraza del parque y enseguida desde que llegaron ambos se encontraron y fueron a tomar unas copas. Entonces el le dijo que tenía que drogarse todos los días aunque estaba esperando poder desintoxicarse y que tenía que marcharse a buscar el dinero que le faltaba. Cuando apareció un individuo semicalvo y bajito
que saludó a Manuel y éste saludó a Lola y a ésta le cayó muy bien y se pusieron a charlar los tres.
Al tercer día de encontraron se insinuaron la posibilidad de hacer el amor y Manuel buscó para ello una pensión.
La pensión la encontraron en un edificio moderno en pleno corazón del barrio turístico.
Ella mientras tanto iba pensando –menos mal que me están haciendo este timo. Hace años que había perdido la expectativa de hacer el amor.
No era consciente de que estaba afectada gravemente por la esquizofrenia.
Cuando entraron se toparon con una habitación que les había sido adjudicada por error y ella se mosqueó y no creyó que él tuviera ninguna intención de hacerle el amor pensando que todo era una farsa.
Él ajeno a estos pensamientos alquiló la habitación del fondo y poco después entraron.
El se desnudó y se fue a la ducha. Ella esperó a que él saliera para hacerlo y después se tumbó en la cama.
La pensión era casi bonita y ella se sintió muy a gusto. El se tumbo al lado de ella. Y apenas hablaron se besaron y abrazaron consumando el acto sexual. Después de dos horas y le propuso ir a buscar droga. Ella le acompañó.
Se quedaron varios días en la pensión, no obstante, ella pensaba que el era un matón mandado por Pepe El bobo su exmarido que quería condicionarle la expectativa erótica enviando hombres que le gustaran para estimular los deseos eróticos.
Y llegó la noche y con ella el descanso.
Lola después de hacer el amor se sintió ansiosa y empezó a fumar cigarrillo tras cigarrillo mientras el permanecía ajeno a este asunto pues sólo se ocupaba de fumar heroína.
Los pensamientos de ella divagaban entre su vida pasada al lado de su exmarido quien no tenía mucha potencia para hacer el amor y éste joven que lo hacía con mucha fuerza y se sintió doblemente feliz de estar en su compañía no sin lamentar que él le estuviera haciendo el timo –como ella lo denominaba- del cachondeo.
A la mañana siguiente se despertó la primera. Entonces salió imbuída en sus propios pensamientos esquizofrénicos y compró de comer.
De repente, ella se fijó en todo el tiempo que habían estado juntos hasta ese entonces y empezó a criticar el por qué él no le hacía el amor por las mañanas. Y llegó a encontrarlo sospechoso. Claro está –pensó-, quiere que
recuerde al otro por eso no me lo hace.
Y sintiendo que estaba harta del amancebamiento subió las escaleras que
llevaban a la habitación entró en ella para ver a Manuel.
Manuel cuyo nombre pronunciado era como una golosina dulce que saliera de su boca.
Inmediatamente se sentó a su lado. Lo despertó y lo invitó a tomar el desayuno cosa que él aceptó muy gustosamente.
Después él se levantó y le dijo que tenía que ir a comprar heroína y crack
Entonces ella le acompañó.
A lo largo de ese paseo, los amantes se sintieron felices de estar uno al lado del otro prometiéndose a sí mismos que su vida les sería más venturosa.
Y surgió el tema de la desintoxicación de él. Entonces él dijo que sí quería hacerlo.
Para ello, fueron en primer lugar a un centro cerca de La Naval para ver qué tratamientos tenían ya que a él la metadona le sentaba mal.
Mientras tanto la suspicacia de ella fue creciendo y lamentó que en el centro solo dieran metadona llegando a pensar que el lo había hecho de modo deliberado para no desintoxicarse.
Horas después regresaron a la pensión cansados.
Y a la mañana siguiente volvió a ocurrir lo mismo que los días anteriores:
Él no le hizo el amor.
Entonces, Lola llevada de un odio cerval cogió su navaja y acercándose por detrás mientras estaba dormido le asestó dos puñaladas. Y pensó: Bueno, ya está. Ya decía yo que no iba a consentir que nadie me hiciera a mí ningún amancebamiento.
Me parece que mezclas demasiadas cosas, que todo va demasiado rápido y no tiene demasiada lógica. Aparte de que hay algunas expresiones y términos que chirrían un poco en el tono global del relato.
TE deseo suerte en el concurso.
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