Al viejo callejón abandonado
una flor temblorosa le ha nacido
como si Dios en un lugar perdido
nos quisiera decir “no me he marchado”.
Y así en ese paisaje acongojado
donde lo bello anuncia haber partido,
unos pétalos suaves han surgido
dando un perfume amable al empedrado.
Y yo como un profundo enamorado
poeta incorregible he decidido
cantarle hoy a esa flor que ha comenzado
su existir tan difícil, tan temido,
y a ese Dios que tan terco ha permitido
que nazca allí pudiendo en otro lado.
Dios es muy sabio y si decidi