Siento la brisa en un mar de silencios
y oigo el susurro del aliento sincero
de un amante lejano que nombra
mi esencia calladamente.
Oigo el murmullo de mil voces
que en una sola aciertan
y comprenden lo que de
este amor y su anhelo se desprenden.
Me aferro al recuerdo honesto
de un pasado apasionado
donde nuestro amor por el otro
era el único significado.
Me reflejo en la luna tras tu recuerdo,
y lloro tu ausencia y añoro
tu presencia en un momento
en que la oscuridad ya es un todo.
Y hoy tiendo mi mano al sentimiento
queriendo morir en el sueño de tus besos
haciéndome sentir que el pasado
es presente, y que el presente
lleva tu mirada evocadora perenne,
tu aroma, tus gestos, tus manías,
tu deseo, tu amor. todo tu nombre.
ISIDRO R. AYESTARAN, 2007
a veces el deseo nos lleva a conformarnos de forma eficiente siempre con un todo. Sin embargo el querer a un otro es siempre reflejo de una falta. Pero cuando encontramos al «otro» en si plenitud (muerte-inmovilidad-inmortalidad) el nombre, nos encontramos con otra falta. A saber, el olor a pelo sucio de la mujer que nos destroza el alma.
saludos.
espero nos estemos leyendo, para compartir letras.
Ulises Serrano.
Santiago de Chile.