Al final del camino
yo te sigo.
Hay líneas que no son rectas
pero las sigo.
Te persigo.
El canto,
el llanto.
Tu voz en el encuentro.
Levemente entro
para verte sonreír,
o acaso ir
por donde no vinimos.
Pero no vuelvo,
no conozco el camino.
Las curvas son todas rectas,
y la mirada trunca
vislumbra a lo lejos,
tu figura de anís y de sombras,
-Y sin ti- por donde no vine,
me alejo.