La noche en mis pupilas
escribe con las letras de tu nombre
un abanico extenso de ansiedades,
una incipiente masa de caricias
bañadas de jazmín y madreselva.
.
Rugen en mis entrañas tus latidos
como diciendo al mundo -a ti, en suma-
que has venido, y es para quedarte,
para regenerarme en tu mirada.
.
Vuelve a hacerse presente mi pasado
y cada breve instante es ya futuro,
ya ves… contigo el tiempo es relativo,
un mero observador de nuestro encuentro.
.
Al fin resurgirás de entre la bruma
-barco fantasma de un secreto anhelo-,
pintando de color las madrugadas,
el gris balcón de antiguas soledades.
.
Y todo habrá acabado. Las angustias,
lo de vivir sin ti, pero a tu lado,
eso de verte en cara de otra gente,
o de abrazarme al aire que te evita.
.
La misma noche que me trae tu ausencia
será entonces el lienzo del poeta
que contará que Amor ha renacido
en tus ojos, tu vientre, tus silencios.