Las palabras de Manzano de esta mañana ronroneaban inquietas en algún recoveco de su cerebro. De repente, dejó caer el lápiz, se levantó de la silla y se dirigió corriendo al archivo. No tardó más de dos minutos en dar con la sección que buscaba. (más…)
Era la tercera vez esa noche que Jonás oía ruido de pasos en la sombra mientras caminaba, triste y solo, por las calles desiertas de la ciudad. Al torcer una esquina, momentos atrás, había sentido alternar el eco de sus trancos con el de otras pisadas desconocidas que parecían acecharle. (más…)
Al despertar aquella madrugada todos sus pensamientos giraban en torno al recuerdo de un solo objeto: el mosaico. Tenía la sensación de haber pasado la noche entera viviendo peripecias que de una u otra forma tenían que ver con él, y su imagen se le aparecía de forma recurrente acompañada de una sensación de bienestar. Se sentía satisfecho por el hecho de haberlo encontrado, de poseerlo, de tenerlo consigo. (más…)
La noche invitaba más a pasear que a meterse en la cama, algo habitual por cierto en los meses de agosto en Madrid. De buena gana hubiera seguido recorriendo las manzanas casi solitarias, las calles de aspecto fantasmagórico, las aceras que a aquellas altas horas de la madrugada restañaban aún sus quemaduras caniculares. (más…)
A mis setenta y nueve años soy vieja; otras querrían estar como yo. Lavo mis blusas, me aseo a diario, salgo a comprar todas las mañanas, hasta tengo móvil. (más…)