– No sé si sabes que de chaval subía aquí con los amigos cuando despistábamos a los frailes; cogíamos nidos de golondrinas y comíamos manzanas que robábamos del huerto del Tío Eusebio. (más…)
La primera vez que bajó todo fue más fácil, aunque le había parecido imposible llevarlo a cabo. (más…)
La interminable seguidilla de libros apilados se extiende en el hangar gigantesco. Taciturno, el hombre deambula con su lazarillo. (más…)
-¿No eres de aquí, verdad? –me dijo en perfecto español. (más…)
Su mirada estaba clavada en la pared blanca y desaliñada del lugar. los ojos negros perdidos en el espacio. (más…)