Cuando vi a Laura Borràs sentada en el hall del hotel, detrás de una columna, me aposté discreto para poder observarla detenidamente mientras sus dedos volaban sobre una pantalla digital.
Ya en el salón, cuando nos presentaron, nuestra mirada se cruzó a la misma altura. Es alta, fuerte, vital, extrovertida, amable, educada y elegante o, como diría mi escudero en tres palabras, una señora imponente.
Sus armas, bien templadas, son una inteligencia brillante, un conocimiento literario extraordinario, un verbo apasionado, una gestualidad avasalladora y una mirada inquieta muy expresiva y llena de matices; una mirada ora expectante, irónica, sorprendida, aprobatoria, cómplice, infantil, pícara con destellos de rebeldía, ora dulce, comprensiva y soñadora, irisada de sentimiento, ternura y fragilidad.
Escuchándola, un caballero sabe que es prescindible, que ella ganará por sí sola toda clase de justas con su propia enseña y que, como mucho, puede aspirar a compartir una carrera al galope entre palabras.
Así que, avanzada la noche, rendido ante su espléndida sonrisa, su voz recorriendo tonos e inflexiones, sus manos configurando todo un escenario virtual donde posar nuestra imaginación, comprendí que estaría dispuesto a escucharla mil y una noches más. Embriagado por su forma de contar historias me sentí como el sultán Shahriar: vencido por la habilidad de Sherezade, aunque en este caso, no había nada que vencer, porque todos los allí congregados ya éramos admiradores de esta dama singular del siglo XXI.
Como en la historia de Sherezade, intuyo que esa otra mirada soñadora custodia algún anhelo íntimo, quizá un reto escurridizo. Y, como veterano caballero, sé que ser una sultana tan especial, aún en la era digital, supone pagar un agotador tributo.
Aunque improbable, si surgiera la oportunidad y el honor de servirla en cualquiera de sus gestas, portando a su lado el estandarte del Canal Literatura, heme aquí señora.
A sus pies.
Sextavoce
Encantadora y cercana, me gusto mucho lo que dijo y como estuvo hablando con todo el mundo. La foto es preciosa , por cierto 😉
Despu
No digas eso Felix, las posibilidades se las forja cada uno con mucho esfuerzo y trabajo y en esa carrera todos tienen sus oportunidades. Las posibilidades son infinitas. Lo que ser
Hace ya a
Seg
La he visto y oido muchas veces por television y cuando termina me sabe a poco por la fluidez de palabras y el entusiasmo q pone en la explicacion de los libros q ha leido o en cualquier explicacion suya
Muchas gircaas por la conferencia, pero agradecer