59- Mía. Por Cándido

Los pálidos señores con las tazas de moca
Hertha Müller

Precioso vacío
el volumen de tu cuerpo
color noche de luna nueva
De tu brazo
media del número infinito
me prendo con mimo
indiferente
al mundo que me juzga
Mis labios como ventosas
en tus bordes
no saben ya estar sin ellos
Callada presencia
conmigo ante el teclado de letras,
en la ventana cuando saludo al faro
Te sacralicé
cuando supe que esperabas por mí
en aquella vidriera de espejos
entre otras tazas menos bellas.

 

14 comentarios en “59- Mía. Por Cándido

  1. Hermosa elegía a la taza… ¿de café? Yo también le escribí una en su día. Lo cierto es que hay objetos que, como amuletos silenciosos, velan por nuestras musas.

    Suerte!

  2. Un poema de lectura agradable, escrito con belleza y precisión, y cuyo tema relaja los sentidos. Ese misterio que hay en los objetos que nos rodean comúnmente no lo percibimos, y es de tener en cuenta.

    Cándido, te deseo suerte.

    Un saludo.

  3. ¡Qué hermoso homenaje a esas compañeras silenciosas, inmóviles y, a veces, cochambrosas en el fondo, gracias a Dios lavables. Se conforman con ese contacto de nuestros labios en sus bordes, para quedar ahí… a la espera de un nuevo «brindis».

  4. De tu brazo
    media del número infinito
    Qué suerte tiene esta cosa de ser tan bellamente descripta

  5. He vuelto a leerlo, y a disfrutarlo, esta vez con una humeante taza de café al lado. Es uno de mis favoritos. Allá van mis estrellitas.

    Suerte!

  6. Los he impreso (o imprimido, creo que nunca aprenderé cual es la forma correcta) todos. Los he recitado en voz alta, y me quedo con “Ocasos” ¿Motivos? No sé, quizá por sonoridad, por equilibrio, o porque transmite emociones y sentimientos complejos con palabras sencillas.
    Me gustaría añadir que dentro de los poemas que no han llegado a esta final existen también alguna joya anónima. A todos, gracias por compartir su obra y por el tiempo dedicado a la de los demás. Un placer.

    Beso.

  7. Delicado canto a la «fidelidad» de esos objetos inanimados que consiguen transportarnos más allá de su materia, a parajes de introspección o a exteriores llenos de luz (lo digo por mi fiel mountainbike, que también la quiero mucho jaja).

    Cordial saludo Cándido.

  8. Es muy importante cantarle a las pequeñas cosas (acuérdate de pablo Neruda y su «Oda a los calcetibes»), a las cotidianas, a las que hacen la vida más agradable y a las que nos evocan vivencias únicas, momentos irrepetibles.
    Un abrazo.

  9. Me gusta mucho tu poema a la taza, compañera inseparable de los insomnios repletos de letras. Qué linda. Me encanta la imagen de ti, asido al brazo de tu taza, mirando por la ventana un faro que imagino cercano…

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