Influencias de los movimientos literarios del principio del S.XX en la poesía de M.H. Por Adrián Izquierdo

Adrián IzquierdoIntroducción

Influencias europeas: Las Vanguardias

Las Vanguardias son una serie de movimientos artísticos que surgen a finales del s.XIX y principios del s.XX, y que suponen una ruptura total con el orden anterior. Su característica inicial es la rebeldía contra todo lo burgués o de cultura decimonónica. Los artistas dejan de representar la realidad tal y como es, para representarla tal y como la ven, además de comenzar a intentar reflejar el mundo interno del artista.

Las vanguardias toman su influencia de los principales filósofos y pensadores de la época como Nietzsche o Freud.

Las principales vanguardias que influyeron en Miguel Hernández fueron:

Expresionismo: surge en Alemania y trata de expresar el mundo desde los sentimientos del autor (miedo, angustia, etc.). sus principales representantes en literatura fueron Kafka, Franz Werfel y tuvo gran influencia en Rainer Maria Rilke.

Creacionismo y Ultraísmo: son dos movimientos afines, surgidos entre 1918 y 1919 en España. Ambos movimientos afirman que la poesía tiene valor por sí sola, y no por aquello que intenta representar o plasmar; que la poesía es autónoma de la realidad. Algunos de los principales representantes de estos movimientos fueron Gerardo Diego o Jorge Luis Borges.

Surrealismo: surge en la década de los años 20, iniciado por André Breton. Pretendía liberar el mundo del subconsciente, sin apelar para nada a la razón; sirviéndose, por ejemplo, de la escritura automática o la transcripción de sueños. Tuvo muchos seguidores, entre los que destacan, en España, Rafael Alberti, García Lorca o Luis Cernuda.

El modernismo

El modernismo fue un importante movimiento literario de las letras hispanas, enfocado en la poesía. Sus principales características eran la evasión a lugares y tiempos mejores, la búsqueda de la perfección formal y de la musicalidad dentro de la poesía. Fue uno de los movimientos literarios que más influyeron en la literatura hispana de principios del s. XX .Su mayor exponente fue Rubén Darío, aunque tuvo muchísimos seguidores, tanto en España como en Sudamérica.

Las generaciones de escritores españoles de principio de siglo.

Estas generaciones de escritores muchas veces se inspiran en movimientos de vanguardia europeos o el modernismo, pero los modifican, adaptándolos a España y por ello se tratan a parte.

  • Generación del 98: toma su nombre por el “desastre del 98”, que consistió en la pérdida de las últimas colonias españolas en América y Asia en 1898. Fueron un grupo de escritores de finales del s. XIX y principios del s. XX cuya característica común fue el regeneracionismo, el pensamiento de que el problema de España debía de solucionarse desde la propia España. Sus principales componentes fueron Pio Baroja, Unamuno, Antonio Machado, Valle-Inclán, Azorín y Maeztu.
  • Novecentismo: fue, sobre todo, un grupo de ensayistas españoles, liderados por Ortega y Gasset, que reaccionaron contra ciertos aspectos de la generación del 98. Se sienten atraídos por las vanguardias europeas, quieren despojar al arte de todo lo externo y convertirlo en algo intelectual y elitista.
  • Generación del 27: fueron un grupo de autores que se dieron a conocer en un homenaje a Góngora en el ateneo de Sevilla en 1927. Todos ellos trataron de unir lo nuevo de las vanguardias con los problemas humanos y con la tradición de España. También alternan lo culto y elitista con lo popular; y tratan de unir las vanguardias con la poesía del siglo de Oro español. Algunos de los más importantes fueron Pedro Salinas, García Lorca, Rafael Alberti o Jorge Guillén.

Influencia de los anteriores movimientos en Miguel Hernández

Para ver la influencia de los movimientos literarios de principio del siglo XX en la poesía de Miguel Hernández hemos escogido una selección de sus poemas, en los que observaremos la influencia de toda la poesía anterior.

Primera época:

Lagarto, mosca, grillo

Lagarto, mosca, grillo, reptil, sapo, asquerosos

seres, para mi alma sois hermosos.

Porque Iris, señala

con su regio pincel,

vuestra sonora ala

y vuestra agreste piel.

Porque, por vuestra boca venenosa y satánica,

fluyen notas habidas en la siringa pánica.

Y porque todo es armonía y belleza.

Día armónico

Hoy el día es un colegio musical.
Más de un trillón
de aves, cantan la lección
de armonía que el egregio
profesor Sol les señala
desde su sillón cobalto;
y dan vueltas en lo alto
con un libro abierto: el ala.

En estos poemas Miguel Hernández los temas son referentes a temas de animales o del campo, lo cual concuerda con su biografía, ya que durante la primera parte de su vida fue pastor y vivó en el campo.

En el momento en el que escribió estos poemas parece que aún no se había adscrito claramente a ningún movimiento de principios de siglo, pero los poemas “Lagarto, mosca, grillo” y “Día armónico” pueden recordar un poco al modernismo por la idealización y el uso de imágenes.

De “Perito en lunas”:

Noria

Contra nocturna luna, agua pajiza

de limonar: halladas acechanzas:

una afila el cantar, y otra desliza

su pleno, de soslayo, sin mudanzas.

Luna, a la danzarina de las danzas

desnudas, a la acequia, acoge e iza,

en tanto a ti, pandero, te golpea:

¡cadena de ti misma, prometea!

Mis ojos sin tus ojos no son ojos

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos.

No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.

Ambos poemas usan formas clásicas, “Noria” es una octava real y “Mis ojos si tus ojos no son ojos” es un soneto. En “Noria” podemos apreciar una clara influencia gongorina, también compartida por la generación del 27, ya que usa la octava real (muy usada por Góngora), elementos de la mitología (“¡Cadena de ti misma, prometea!”) e hipérbaton (“nocturna luna”). En cambio el soneto “Mis ojos…” parece mas bien inspirado en Garcilaso, ya que el tema es amoroso. Ambos son poetas del siglo de Oro español, en los cuales se inspiró también la generación del 27. Los temas principales son el paisaje y los sentimientos del poeta, por lo que tiene influencias del expresionismo, de la generación del 98 y de la del 27.

De “El rayo que no cesa”:

No cesara este rayo que me habita

¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?

¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?

Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.

Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores.

Como el toro, he nacido para el luto

Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado
y por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro la encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.

Ambos poemas son sonetos, y se centran en el poeta. El poema “No cesará…” parece ser de inspiración ultraísta y creacionista, ya que utiliza una ingente cantidad de imágenes para describir lo que siente, pero estas imágenes no se refieren literalmente a los sentimientos del poeta, sino que son metáforas (“fraguas coléricas”, “terca estalactita”, rayos destructores”). En “Como el toro…” el poeta se identifica el toro, pero en un tono más bien de lamento y parece tomar su inspiración en la generación del 27, ya que une lo popular y tradicional (el toro) con lo culto (el hecho se ser un soneto, el léxico, figuras retóricas, etc.)

De “Vientos del pueblo

Vientos del pueblo me llevan

Vientos del pueblo me llevan,

vientos del pueblo me arrastran,

me esparcen el corazón

y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,

impotentemente mansa,

delante de los castigos:

los leones la levantan

y al mismo tiempo castigan

con su clamorosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes,

que soy de un pueblo que embargan

yacimientos de leones,

desfiladeros de águilas

y cordilleras de toros

con el orgullo en el asta.

Nunca medraron los bueyes

en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo

sobre el cuello de esta raza?

¿Quién ha puesto al huracán

jamás ni yugos ni trabas,

ni quién al rayo detuvo

prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,

vascos de piedra blindada,

valencianos de alegría

y castellanos de alma,

labrados como la tierra

y airosos como las alas;

andaluces de relámpagos,

nacidos entre guitarras

y forjados en los yunques

torrenciales de las lágrimas;

extremeños de centeno,

gallegos de lluvia y calma,

catalanes de firmeza,

aragoneses de casta,

murcianos de dinamita

frutalmente propagada,

leoneses, navarros, dueños

del hambre, el sudor y el hacha,

reyes de la minería,

señores de la labranza,

hombres que entre las raíces,

como raíces gallardas,

vais de la vida a la muerte,

vais de la nada a la nada:

yugos os quieren poner

gentes de la hierba mala,

yugos que habéis de dejar

rotos sobre sus espaldas.

Crepúsculo de los bueyes

está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos

de humildad y olor de cuadra:

las águilas, los leones

y los toros de arrogancia,

y detrás de ellos, el cielo

ni se enturbia ni se acaba.

La agonía de los bueyes

tiene pequeña la cara,

la del animal varón

toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera

con la cabeza muy alta.

Muerto y veinte veces muerto,

la boca contra la grama,

tendré apretados los dientes

y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,

que hay ruiseñores que cantan

encima de los fusiles

y en medio de las batallas.

Este poema es muy largo, y esta compuesto por varias estrofas diferentes. El tema es político y referente a la guerra civil española, al igual que la mayoría de los poemas de su libro “Vientos del pueblo”. Con este tipo de poemas Miguel Hernández se desmarca de la literatura anterior y crea unos poemas dirigidos a apoyar sus ideas políticas. Con esto se acerca más a la generación del 98 y al novecentismo, sobre todo por la intencionalidad política.

En cuanto al estilo es más parecido al de la generación del 27 por haber conseguido la musicalidad del poema no solo mediante rima y métrica (que también influye), sino también por la repetición de palabras y la distribución de los acentos.

De “El hombre acecha”:

Canción primera

Se ha retirado el campo
al ver abalanzarse
crispadamente al hombre.

¡Qué abismo entre el olivo
y el hombre se descubre!

El animal que canta:
el animal que puede
llorar y echar raíces,
rememoró sus garras.

Garras que revestía
de suavidad y flores,
pero que, al fin, desnuda
en toda su crueldad.

Crepitan en mis manos.
Aparta de ellas, hijo.
Estoy dispuesto a hundirlas,
dispuesto a proyectarlas
sobre tu carne leve.

He regresado al tigre.
Aparta o te destrozo.

Hoy el amor es muerte,
y el hombre acecha al hombre.

El poema está dividido en diferentes pseudo-estrofas, con métrica y rima libre, siendo el ritmo y musicalidad del poema conseguidos mediante la repetición de palabras y estructuras. Es de influencia surrealista (por el uso de imágenes más bien irreales) y del 27, debido a la forma en la que se ha conseguido el ritmo del poema. No obstante el tema es más bien social, lamentándose de la división que la guerra civil creó en España (“el hombre acecha al hombre”, “he regresado al tigre”)

De “Cancionero y romancero de ausencias”:

El sol, la rosa y el niño

El sol, la rosa y el niño
flores de un día nacieron.
Los de cada día son
soles, flores, niños nuevos.

Mañana no seré yo:
otro será el verdadero.
Y no seré más allá
de quien quiera su recuerdo.

Flor de un día es lo más grande
al pie de lo más pequeño.
Flor de la luz el relámpago,
y flor del instante el tiempo.

Entre las flores te fuiste.
Entre las flores me quedo.

Llegó con tres heridas

Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.

Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.

Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.

El poema “EL sol, la rosa…” está compuesto por cuatro pseudo estrofas y el ritmo y musicalidad se consiguen, sobre todo, mediante la repetición de palabras y es de tema amoroso. El en poema “Llegó con…” el ritmo y musicalidad también se consigue, esta vez exclusivamente, mediante la repetición de tres términos y el tema, al igual que en el poema anterior, es amoroso. En estos poemas podemos ver que la intencionalidad política ha desaparecido del todo, tiene una mayor influencia de la generación del 27, tanto por el modo de expresarse como por el uso de imágenes (en el primer poema) o, precisamente por la sencillez (en el segundo poema).

Conclusión

Miguel Hernández fue un poeta dinámico, que no se encasilló únicamente en un movimiento poético, sino que fue evolucionando, y no solo adoptó los diferentes rasgos de los movimientos literarios que encontró durante su vida, sino que, como hemos podido ver; los ha combinado en su poesía, aportando también elementos propios (como por ejemplo el compromiso social y político) creando un estilo característico, y siendo el mismo inspiración para nuevas generaciones de escritores.

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Un comentario

  1. Un buen trabajo, felicidades, «El rayo que no cesa es mi poema preferido», lo descubrí en el instituto y desde entonces no he podido despegarlo de mi memoria.
    Seguro que cuando pasen los años, estos versos para tí también cobrarán aún más sentido.

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