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A propósito de la reciente clausura (9-10-2009) en Córdoba (España) de la Liga Internacional de Socialistas Religiosos |
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Podría ser interesante esa iniciativa que además da título a la presente reflexión, muy interesante… o simplemente no serlo, o no serlo tanto. Porque en España, donde se ha celebrado ese encuentro internacional, aún se cuenta con una entidad similar denominada Cristianos por el Socialismo (asimismo presente en Iberoamérica), la cual ha devenido, al margen de sus seguro que logros de todo tipo más bien abundantes en otros tiempos(de efervescencia de la Teología de la Liberación), una asociación más bien estancada, raquítica, esto es, poco propositiva. Con todo, la tan cacareada y tan traída como llevada crisis de la izquierda bien merece que florezcan proyectos como el contenido en esa Liga Internacional de Socialistas Religiosos, siempre y cuando florezcan, claro está, y no sea tal asociación flor de un día o un canto de cisne más. Abundando sobre este particular, si señalamos que Cristianos por el Socialismo se ha convertido en una asociación menos utópica de lo que en sus orígenes trató de ser, no es sino por la presencia, se entiende que en su seno, del mismo cáncer que afecta al PSOE, a gran parte de la izquierda parlamentaria española y europea y a los sindicatos mayoritarios, a saber, el espíritu burocrático, posibilista, electoralista, pactista y en el fondo antimilitante. Salvo inesperadas sorpresas que habrían de agradecer sobre todo las capas más desfavorecidas y empobrecidas de nuestras sociedades neoliberalizadas, existen demasiadas posibilidades o probabilidades (o simplemente bien fundadas sospechas) de que esa Liga Internacional de Socialistas Cristianos va a abundar en más de lo mismo de la factoría PSOE que, no obstante, pretende enmendar con sabia cristiana: altas dosis de reformismo o reformismo “por un tubo” (sin plantear ni remotamente una bajada, ya fuere de un solo céntimo, en sus astronómicos sueldos) y discrepancia cristiana en asuntos como el aborto, la contracepción, o el llamado matrimonio entre personas homosexuales, entre otros más que probables asuntos controvertidos. Ya me estoy imaginando a no pocos de esos cristianos socialistas –salvo honrosas excepciones-: “Creo en el Magisterio, del que sin embargo me permito discrepar en este punto y en ese otro y en aquél de más allá… Pero ojo, practico la solidaridad” (llevándose a casa limpios 7.000, 8.000, 10.000 euros de sueldo mensual o más, amén de otros inconfesables privilegios de la clase política: dietas por asistencia a plenos y por viajes, privilegios en lo tocante a los años de cotización requeridos para la obtención del cien por cien del subsidio de jubilación…). Y si en alguna situación de confianza con esos cristianos del PSOE te declaras ante ellos y ellas como deseoso de vivir una fe en comunión con el Magisterio en todo, también en lo tocante a asuntos de moral personal y sexual, y resulta además que cobras un sueldo mensual cinco veces inferior al de ellos y ellas o incluso más veces inferior y asimismo tus convicciones y compromisos militantes están más situados a la izquierda que el de ellos y ellas por la radicalidad de tus propuestas de transformación social… En fin, no será así siempre pero lo muy normal será que te endilguen o encasqueten el sambenito de conservador, tradicionalista, integrista, fundamentalista. Señores de vida aburguesada y antimilitante percibidores de sueldos astronómicos… Uno de los más conspicuos integrantes de esa liga o alianza, José Bono, en declaraciones recientes lo acaba de dejar claro: “En casos de conflicto entre la disciplina de partido y mi conciencia de católico practicante, la primacía la va a tener la disciplina de partido”. Y lo mismo se permitió revelar recientemente, en entrevista hecha en programa de la televisión local canaria, a propósito del aborto el también cristiano y socialista y ex fiscal general del Estado con Felipe González, el herreño Eligio Hernández. Desde luego, curiosa y muy particular forma de vivir la exhortación que sigue del mismo Jesús de Nazaret a sus discípulos: “Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”: Mt 22, 15-22. O curiosa y muy particular forma de poner en práctica la sentencia del filósofo francés Emmanuel Mounier: “Hay fidelidades que valen más que la propia vida”. Pero en fin, como no debemos juzgar a ninguna persona y como todos y todas tenemos derecho a corregir errores pasados, a rectificar sobre antiguos pasos dados, etcétera, mejor sería que esperáramos acontecimientos, hechos, a ver si en efecto esas propuestas de socialismo de rostro democrático, solidario, militante y autogestionario brotan de las fuerzas aunadas en torno a esa esperanzadora Liga Internacional de Socialistas Religiosos. Muchísima falta hace para contrarrestar tanto laicismo proveniente del PSOE, en cuya Comisión Ejecutiva Federal pretenda actuar, como levadura fermentadora de la masa, como sal capaz de salar el mundo, esa red de cristianos socialistas. Con todo, arduo trabajo les espera, pues en función de sus obras, socialistas de la nueva echadura como Leire Patín, Bibiana Aído y otras y otros muchos más, no parecen estar por la labor de acentuar el prisma ni los valores cristianos en el seno del PSOE y sí todo lo contrario. Así que tiempo al tiempo.
Luis
Alberto Henriquez Lorenzo
LUIS ALBERTO HENRIQUEZ LORENZO. Profesor de Lengua y Literatura españolas en Enseñanzas Medias (Gran Canaria, Islas Canarias, España). Estudios de Filosofía y Teología. Poeta y escritor.
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