|
ILUSTRADOS Y NECIOS |
|
Por Brujapiruja |
|
|
|
No dejo de sorprenderme de las actitudes de algunos “ilustrados” actuales. Aunque siempre ha existido esta figura, es ahora, sobre todo entre los que rondan los treinta o cuarenta y tantos años que, convencidos de ser “superiores” y de que son la generación llamada a cambiar el mundo, entablan conversaciones desde un nuevo púlpito cuajado de títulos que , como mucho, les capacita para ejercer una profesión. Por lo visto, estos “seres superiores” no saben que no hace mucho, la educación era un lujo al alcance de muy pocos, que casi la mitad de la población era analfabeta y que antes de los quince años, la mayoría ya estaba trabajando de sol a sol para poder ir viviendo con cierta dignidad. Que los hermanos mayores no estudiaban porque hacia falta un sueldo más para mantener a los pequeños y que si había algo, era para los hombres, las chicas sólo si había mucha suerte y hacían méritos significativos. Estos chicos, como digo, que han nacido en la época de la educación obligatoria, en familias que tuvieron medios para enviarlos a colegios privilegiados o privados y bilingües, que han hecho master en el extranjero, que saben varios idiomas y pueden comprarse un montón de libros y cederrones al mes, además del vaquero de moda o el último modelo de móvil, devoran todo lo que cae en su mano porque hay que parecer “muy culto”. Se creen por eso capaces de mirar por encima del hombro al resto del mundo, tratarlos de ignorantes ( ”lectores de Best seller” por más señas) y reírse, enmarañados en su propia miel, de quien no tuvo la misma suerte. Ellos son estupendos y su actividad auto-laudatoria es tan agotadora que llega a ser irritante. Hasta el más tonto sabe que haciendo una pequeña muesca, aparece latón detrás del oro. Muy leídos, pontifican sobre lo que es bueno y malo, lo que deben o no leer los demás y hasta se atreven a ser críticos literarios en base a sus gustos y su experiencia, como si con esos pocos años, ya se hubieran empapado la biblioteca de Alejandría. No sé muy bien que tiene que ver un título profesional con tener la capacidad de decirle a nadie que es lo que le debe gustar, ni en lectura, ni en cine ni en arte ni en nada. Como mucho opinar sobre la propia percepción subjetiva añadiendo a su juicio “según mi parecer” y dejar de hablar ex-catedra. Nadie nace sabiendo leer ni escribir, unos han tenido la suerte inestimable de llegar a los 30 años con estudios superiores, master, e idiomas pero otros han llegado a la universidad pasados los 65 años, después de una vida de duro trabajo para sacar adelante a su familia y con hambre y sed de educación y conocimiento. Claro que llevan retraso, porque no tuvieron toda esa suerte de privilegios y por desgracia muchos otros no los tendrán nunca. Aquí no puedo dejar de hacer mención a la UNED, que facilita de forma extraordinaria la posibilidad de acceso a la educación en circunstacias familiares o laborales difíciles. Y me sigue sorprendiendo cada día, que estos “ilustrados” sean tan necios y presuntuosos, tenga tan poco conocimiento y perspectiva del mundo que habitan. Que a estas alturas, nadie les haya dicho que no hay cambio posible desde la prepotencia y los barnices y que aún les queda mucho camino por recorrer y muchas historias que escuchar. Seguramente habrán leído mucho, lo que habría que ver es lo que han aprendido, que a primera vista parece poco o nada. Brujapiruja 2010
|
|
|
|
|
|
© Asociación Canal Literatura 2004-2010 |