Icono del sitio VI Certamen Poemas

235- Ángel. Por Aire

El primer beso que me diste lo llamé «ángel»
porque trajo consigo palabras, poemas, cadenas…

Con las horas y el recuerdo, me quedé allí albergada,
a la sombra de unos labios que exigí siempre míos.

Con el amanecer y las dudas
que da el no saber cómo encontrarte,
el segundo beso se demoró
y me llenó de inquietud adolescente.

Pero llegó,
como el viaje de algunos pájaros
que al principio parecen desorientados.
Fue algo más torpe, inusual, meditado y solitario.
Y tenía pinta de portavoz joven
que se comenzaba a asomar a lo nuevo
con miedo e ilusión en la misma medida.

El tercer beso lo mezclamos con las sábanas,
aunque de madrugada se nos escapó hacia la ternura
y otros labios.
Para aclararnos,
claro.

Después he perdido la cuenta,
pero se me ocurren más lugares que sueños
donde esa parte mía de tu boca
ha buscado mis labios
como aliados.

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