Por la cima del árbol iré
y te buscaré. Juan Ramón Jiménez
Quédate en las manos
finas de a lluvia.
Redimirá, la voz estrecha
de tu balcón, a medianoche
cuando se han doblado los silencios.
Ama esa luna pequeña
dormida en las bóvedas, la sal
y los ajuares solitarios.
Junto a las rosas, de piel amarga
están , las avefrías
han llegado, besando el agua.
Caricia , niebla adolescente
hoy para el encuentro.
Ahí se oyó, el canto de la piedra
el sabor en sus lindes, la memoria
bajo el pueblo que nos mira.