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Capítulo 1
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Hola soy Greg:
¡No sabes quien soy!. ¡Me alegra saberlo!. Por consejo de mi papá, evito salir en las revistas del corazón y huyo de los periodistas como de la peste.
Bueno soy un Mikis, seguro que este apellido os suena a naviera británica. La familia de mi madre se ha dedicado al transporte marítimo desde el siglo XVIII. Comenzaron transportando esclavos a América y cuando ese negocio se acabó, siguieron transportando otras mercancías en cargueros y barcos de cabotaje hasta acabar con una gran flota con todo tipo de barcos, desde ferrys y petroleros, a otros más raros y especializados como barcos frigoríficos, buques cableros, remolcadores y rompehielos. Precisamente a un barco cementero le pusieron Gregory A. en mi honor.
Los Alter tienen más variedad de negocios, minería, industria, algodón, cacao, grasas vegetales. Seguro que fabricamos en mayor o menor medida cualquier materia prima que puedas necesitar, pero por culpa del sigilo de papá, no somos los reyes de nada. La obsesión de papá es pasar desapercibido y eso es tremendamente difícil cuando se tiene una fortuna como la suya.
Bueno ya conoces a mi familia, solo me falta presentarme. Soy Gregorio o Gregory o simplemente Greg según donde y con quien me relacione. Tengo 28 años y hace dos que acabé el Master de Economía y Librecambio de Cambridge. Desde entonces voy pegando tumbos de un sitio a otro conociendo los negocios de la familia. Una finca bananera en Centroamérica, minas de cobre en Katanga, almadrabas de atún en Paquistán, serrerías en Canadá, una estancia ganadera en Argentina, campos de té en Ceilán. ¡Yo que sé!.
El caso es que papá, tan pronto como me nombra presidente de un negocio, quiere que le visite. Y yo me pregunto. ¿Para qué?. ¿No basta con que me entere si han ganado dinero o no?. ¿De que vale que visite una fábrica de curtido de cuero en Calcuta o un secadero de bacalao en Groenlandia? ¿Va a mejorar con ello su rendimiento?. ¡Pero claro!. Esto que digo aquí, ¡cualquiera se lo dice a papá en la cara!.
Por otra parte, al fin y al cabo viajar tampoco es tan malo. Veo mucho mundo y conozco a personas que de otra forma no tendría la oportunidad de saludar en mi vida. No creo que ninguno de mis amigos de Cambridge cene como yo, acompañado de la más variada y extraordinaria fauna humana, dictadores africanos, generales sudacas, emires árabes, banqueros suizos, fundamentalistas afganos…
Así que de momento, y Dios sabe por cuanto tiempo, tengo que abandonar, con dolor, mis partidas de cricket, los partys en el Soho, mis escapadas a New York y mis adorables veranos en Antibes con mamá y los primos. Me hago adulto, esto no hay quien lo pare, se acabó la fiesta constante, tengo que empezar a sentar cabeza.
Un saludo. Greg.
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Capítulo 2
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Hola soy Greg:
Vengo de Zurich. Papá se empeñó en que asistiera al consejo de administración de la Nestlé. De esta empresa no somos ni dueños, ni siquiera accionistas mayoritarios, solo tenemos un miserable 7,63% de las acciones, lo que nos da derecho a un triste puesto en el Consejo de Administración.
Hasta esta vez, yo siempre había asistido a los consejos de Administración como Presidente. En ese caso te sientas en un gran sillón a la cabecera de una mesa interminable y escuchas como el Director General hace la presentación de la situación de la compañía, a veces alguno de los consejeros pregunta algo o entra en discusión con el Director y la sesión se prolonga más de lo debido. Llegada la hora de votar, preguntas a tu asesor que has de hacer. Votas como te indique y se acabó.
Por primera vez, en lugar de estar sentado en el gran sillón de la cabecera estaba en el lateral de la mesa en un insignificante sillón. Comenzó el Director su discurso, y para colmo en francés, Cuando redujeron la luz para poner las transparencias creí que me dormía. Para tratar de despejarme comencé a tomar algunas notas de lo que contaba.
El francés lo entiendo bien, pero, claro, no es como el inglés, tengo que hacer bastante esfuerzo para seguirlo, así que cuando entró en una historia bastante confuso sobre la estrategia a seguir en el mercado de los alimentos congelados, no tuve mas remedio que pararle y pedir que me explicara mejor lo que estaba diciendo.
Le vi mudar la faz, yo le había pedido con toda cortesía aclaración a un punto que, incluso explicado en inglés, habría sido difícil de entender, no entendí por que se alteraba tanto. El caso que comenzó nuevamente a explicar su estrategia comercial.
Está claro que la modorra no solo me atacaba a mí, por que a causa de mi interrupción se debieron espabilar el resto de los consejeros, que comenzaron a hacer preguntas y más preguntas sobre el tema. Yo con la animación que se levantó, me desperté del todo, y vencido el miedo a dormirme, desconecté y pasé a pensar en mis cosas.
Aun distraído como estaba, no deje de notar que varias veces me miraba aquel tío de forma atravesada, como con ira, así que cuando llegó el momento de votar, voté no.
Juro que lo hice pensando que con el 7,63% de los votos no podría influir gran cosa en la marcha de la compañía, pero el caso es que mi voto arrastró el de otros y al final resultó que ganamos por mayoría.
Me hubiera gustado saber a que me había opuesto pero me dio vergüenza preguntar. Total que así quedó la cosa. Acabó el Consejo y cuando me disponía a salir se acercaron muchos de los consejeros a felicitarme con fuertes apretones de mano.
A la hora de comer había quedado en casa de tía Henrietta Ricolli, bueno Ricolli es su marido, el de los bombones de licor, ella de soltera se llamaba Mikis como mi madre, de la que es prima carnal.
Comimos en el comedor de gala con otro montón de gente y lo siento, por que mi prima Maggie me cayó muy bien y me hubiera gustado hablar con ella. Pero quedó al otro lado de la mesa y no es cosa de ligar a voz en grito por encima de los candelabros y centros de mesa. Debe estar escrito por el destino, que los genes de los Mikis no se mezclen, pues aunque noté también por su parte un cierto interés, en esa comida no hubo forma de llegara a nada y a media tarde tuve que largarme para estar al día siguiente a la inauguración de una nueva planta de desmochado de algodón en el delta del Nilo.
En fin, una pena.
Greg
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Capítulo 3
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Hola soy Greg:
Veo que escribís una y otra vez pasmina Se escribe pashmina y se pronuncia, al menos así lo pronunciamos en Cambridge, algo parecido a pa´sh-min con la sh aspirada pa´shhmin.
En el Reino Unido los venimos utilizando la gente bien desde los tiempos de la Reina Victoria, cuando conquistamos Cachemir. La gente cree que el pashmina es una lana de “cachemir” de calidad, pero no es así, eso es un sucedáneo para la clase media.
El auténtico pashmina, por ejemplo el que vende Henry Edwars en su deliciosa tienda de Kensington High Stree, procede exclusivamente del pelaje de la cabra «Hircus», que vive en el Himalaya, por encima de los 4.500 metros, soportando temperaturas por debajo de los 5º F. Admito que esta maravilla se mezcle en un máximo de un 30% con seda natural para que el tejido adquiera mas consistencia.
Tradicionalmente los colores han sido el lavada, reservado a la Reina de Inglaterra y a cualquier nueva rica que no tenga idea de lo que es la elegancia, el melocotón, quizá el color mas adecuado a una joven y el negro apropiado solo para viudas y señoras mayores . Los hombres también solemos ponernos un Pashmina rojo intenso con el abrigo de alpaca negro de los días de gala. No es prenda adecuada para vestir todos los días.
Cuando mi tío Alfred vio Titanic, me refiero claro está al film, que mi tío no tiene mas de 45 años, comprendió que los pashmina harían furor entre la clase media, por lo que se apresuró a comprar praderas al pie de los Andes y trasladar rebaños de las mas puras cabras «Hircus» que pudo encontrar. Total que se ha convertido en el mas importante suministrador de pashmina para los confeccionistas a granel de los grandes almacenes.
Mi tío demostró, como tantas veces, una vez su extraordinario olfato para descubrir los gustos populares, lo que le ha valido para acrecentar su fortuna a niveles inpensables tan solo hace unos años. ¡Ya podía aprender papá de el!
Un abrazo
Greg
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Capítulo 4
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Hola soy Greg.
Como joven que soy aún, mi mayor ilusión sería sentir rugir bajo mis pies un Aston Martin dos plazas, a poder ser posible descapotable, pero mi padre, con sus manías de la seguridad, me hace ir, como si fuera un viejo, en un Bentley con chofer. Con ese chisme, por culpa del peso del blindaje, cuando arranco en los semáforos, a pesar de los 12 cilindros en V y sus 3250 cc., veo como me adelantan hasta los Vespinos del Telepizza. En fin, dichosos los que tenéis padres que os comprenden.
Lo que hay que hacer es cambiar la porquería de radio de serie que les colocan. Os aconsejo un equipo dolby, cuadrafónico y con sensorund que acaba de sacar Baultus Holfman. Creo que últimamente han abierto sucursal en la Centro Comercial de la Moraleja, sino la puedes conseguir en NY en su tienda de la 5th Avenue, cerca de la 43.
Os aseguro que oír a Pavaroti con ese equipo es una sensación indescriptible, hasta se diría que se oye el suave aletear de su pañuelo de seda. Nada te cuento lo que es sumergirte dentro del habitáculo del coche con los cuatrocientos vatios soltando el ruido de Estopa, el sensorund te pone el vello de punta.
Un abrazo
Greg
6- Confesiones de Gregorio Alter Mikis. Por Gregorio Alter Mikis,Enviar a un amigo Imprimir
Hola Greg,
soy Ágata, tú eres el típico hijo de papá y tus confesiones me han encantado y me han hecho reir.Tu forma original de exponer, casi parodiando, me parece ingenisosa. Buen ritmo. Tenemos algo en común, tu autor se llama como tú, igual que en mi caso, las dos nos llamamos Ágata. Tener algo en común en este universo de palabras está bien, ¿no te parece Greg?
Saludos,
Ágata.
Mi relato es el 41
Muy original. Me ha gustado mucho.
Querida Ágata
Claro que soy el típico hijo de papá, la mayoría somos hijos de algún papá, aunque últimamente estén aumentando los hijos probeta. La diferencia, es que mi papá tiene un fortunón. Pero ese no es mi mérito, es el el de mi papá, incluso tampoco de él, sino de sus antecesores.
Yo no he elegido donde nací y tengo mis obligaciones como los demás y pretendo cumplirlas dignamente, pero por otra parte pretendo disfrutar de la vida, como cualquier otro.
Me encantaría poder compartir mi universo junto al tuyo, así que dame más datos. Uno de los problemas de la riqueza es que produce un inmenso distanciamiento y soledad. Siempre pensando que te quieren robar, te rodeas de muros infranqueables, que muy probablemente alejan a los ladrones, pero también a almas gemelas que te podrían alegrar la vida.
Yo no quiero vivir entre muros, aunque estén alicatados por cerámica de Alcobasa, prefiero la compañía de gente alegre como tu, así que mándame tus señas y pasare a recogerte en la limusine negra para ir a donde te apetezca, ¿Una cena en Monmatre?, ¿Ver el sol de medianoche en Islandia? ¿Amanecer en Lisboa?
Tu diras. Saludos
Greg
Empezar un relato sin saber utilizar los signos ortográficos es un crimen lingüístico…
Suerte…
Querido Greg, tienes todos mis datos, ya sabes que trabajo detrás de un mostrador. MIentras tú visitas las empresas de papá, yo me paso la vida en mi feudo de harinas y dulces, buscando Alatristes de los que enamorarme. Acércate en tu limusina a mi panadería y te arreglaré el cuerpo con los mejores dulces de Barcelona.
No sé si podré escaparme, Ágata no me dejará salir del relato, eso seguro, pero Montmartre me encanta, estoy deseando ver, por ejemplo, la aurora boreal en Cabo Norte y Buenos Aires me mata, como a Sabina. Te diría más lugares, pero estoy atada de pies y manos en esta cárcel de palabras y no sé si podré liberarme algún día.
Gracias por tu ofrecimiento, eso anima mis días de espera.
Saludos muy cordiales,
Ágata.
Querida Agata.
No sabía que fueras pastelera. Bella profesión la de endulzar la vida de los demás.
De haberlo sabido te hubiera invitado a una taza de te en Damasco, Los sirios son los reyes de la repostería. Miel, harina, almendras, pistachos, yemas…. se mezclan en proporciones exactas, para adquirir miles de formas y texturas donde alojar los dulces y suaves sabores que anticipan en las bocas del creyente, el Paraíso del Profeta ..
Ese es el sitio adecuado para, sentados sobre amplios almohadones, contarnos al oído, fantásticas historias nacidas en la cálida noche de luna llena, de la ligera y fantasmal bruma de los oasis, mientras se saborea una taza de te de rosas acompañados por unos pequeños backlavas, mientras te envelve el humo de una pipa de agua perfumada de jazmín.
Es una pena que tu y yo, estemos retenidos por prosaicos negocios, tú en tu pastelería, y yo asistiendo a interminables consejos de administración. Es nuestro sino, aceptemoslo, pero soñemos con otra vida, que aún eso lo podemos hacer.
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¡Soñemos!
Un texto liviano y, a ratos, divertido.
Suerte
Divertido, sugerente, imaginativo. Y los comentarios cruzados sencillamente encantadores.
Mucha suerte.
Gracias por dibujarme una sonrisa, niño pijo. Me encantaría saber cómo le va la vida a Greg. Es simplemente genial. Mucha suerte..
me ha encantado tu romance «alteregoriano» con Ágata. El relato está muy bien escrito, aunque el final me ha desconcertado. Sigue escribiendo tienes mucha fluidez y se hace ligera tu lectura. mucha suerte!!!
Me ha parecido un relato divertido con obstáculos. Suerte.
Hola, soy Pirata (obsérvese la coma).
La historia es divertida, es verdad, ligera y agradable. A mí me ha gustado, pero como pasatiempo, no como relato, es decir, sin valor literario. Y lo digo sin acritud y por lo siguiente: para que tuviera un mínimo valor literario, debería, al menos, estar escrita sin faltas de ortografía y con los signos de puntuación debidamente colocados.
Me resulta «inpensable» que a un escritor se le escape ese error (y más cuando todos contamos con un corrector ortográfico en nuestro querido procesador de textos Word o similares). Y, a «poder ser posible», cuando escribimos anglicismos deben estar entrecomillados o en cursiva, pero sobre todo, bien escritos: «Stree» debe ser «Street», «sensorund» debe ser «sensoround» y «Pavaroti», será «Pavarotti» (digo yo).
El «sino» es una cosa y el «si no» es otra; «la Centro Comercial…» debe ser «el centro comercial…»
Creo que la asociación debería sustituir los premios en metálico por cursos intensivos de ortografía y gramática. Qué menos se le puede exigir a un escritor.
una historia divertida, pero más divertido es el diálogo que sostienes con ágatha. suerte amigo
No puedo considerar relato lo que es parte, o debería, de una historia más larga. Será que soy muy clásica, pero a mí me va lo de inicio-nudo-desenlace.
Tiene partes interesantes y tiene cierto humor inglés, que me encanta, y es todo lo positivo que puedo decir.