Faltó el bable y el castúo y el silbo gomero y alguno más. Y por cierto, aunque el DRAE los hace sinónimos, creo que es más correcto referirse al «vascuence» que al «vasco».
Por lo demás, me resultó bastante chusco y por supuesto farragoso, con demasiados chascarrillos al respecto de los nombres y apellidos, recurso humorístico que ya estaba agotado incluso en la época de Arniches y Muñoz Seca.
!GRACIOSÍSIMO! Y además muy clarividente de la situación que nos toca vivir en este país, que fue dueño de medio mundo y al que parece que ya ningún pequeño bosquecillo quiere pertenecer. Eres muy valiente porque aunque muchos lo piensan, nadie se atreve a denunciarlo.
Si SEÑOR. Has logrado algo estupendo, que es abrir una espita de gas. Una llamita y todo explota. El mundo al revés en el que vivimos y que bien puede llegar a justificar este Babel que describes. Cuesta leerlo con cierto ritmo, pero imagino que ese es parte del reto que propones al que se encuentra tu cuento. Si es así mucha suerte. Original
Lo tragicómico de la historia es que los personajes y quienes andan detrás de leyes, reglamentos y órdenes no son niños, ni Mortadelo y Filemón, ni Chiquito de la Calzada, sino tíos adultos, padres de familia, a buen seguro, y aun titulados universitarios. Realismo ibérico, tronco. Pero del de pata negra. Y no por tu culpa, no confundamos.
Bravo.
Gracias por los comentarios y críticas. Quería escribir un cuento divertido aunque con un trasfondo tragicómico, lo que ha afectado en algún caso al ritmo, como han dicho por ahí, pero la trama lo exigía.El elemento natural de comunicación es el lenguaje y es una lástima que la gente apueste más por el hecho diferencial frente a aquello que nos une.Pero entonces esto no sería España,claro.
Si alguien se ha reído un poquito, perfecto, objetivo conseguido. Y mil perdones si hay algún fallo en el uso de los idiomas.
Lo siento…a lo mejor es muy complicado para mi, pero me ha gustado la mezcla de idiomas aúnque haya podido arelentizar el relato, me parece un buen recurso.
Un buen relato «políticamente incorrecto» y divertido, por lo que no le auguro un buen futuro, al menos en el mundillo de los premios oficiales. Tal vez peque un «poquitín» de exceso de sarcasmo… Pero es sólo porque a mí me agrada más el estilete de la ironía que la mordacidad gruesa del hacha…
Suerte en todo caso.
Es muy divertido y terriblemente crítico. Arrancas la risa, sin duda. Pero a nivel literario, lo cierto es que deja mucho que desear. Es más parecido a un chiste, donde lo que prima es hacer reír, por encima de la forma o la adecuación.
Si tu objetivo, como dices, era hacer reír con ese fondo tragicómico, enhorabuena, lo has conseguido. Ahora bien, como relato literario «no sirve».
En cualquier caso, te elogio la valentía de escribirlo, los escritores tienen que ser valientes, y me uno a tu mensaje (y al guiño al panocho).
Me ha parecido genial! Me he divertido un montón, y como siempre digo, es mucho más difícil hacer reír que llorar. No pienso que se trate de un chiste ni que literariamente deje mucho que desear. Muy original.
Bestial, ¡ me ha encantado! Te confieso que cuando comencé a leerlo y vi catalán, gallego…estuve a punto de dejarlo, me entristece el juego político con el que se están tratando las lenguas de España. Menos mal que no lo hice; me he reído con ganas, aunque a veces la sensación era agridulce. Estoy de acuerdo con el Capitán Wentworth en que es muchísimo más difícil hacer reír que llorar. Y tú lo has conseguido de sobra. Enhorabuena.
Es «Les corts generals» tanto en catalán como en valenciano, y no «talls generals».
Faltó el bable y el castúo y el silbo gomero y alguno más. Y por cierto, aunque el DRAE los hace sinónimos, creo que es más correcto referirse al «vascuence» que al «vasco».
Por lo demás, me resultó bastante chusco y por supuesto farragoso, con demasiados chascarrillos al respecto de los nombres y apellidos, recurso humorístico que ya estaba agotado incluso en la época de Arniches y Muñoz Seca.
Impagable el buen rato que he pasado. Por los comentarios que han dejado, me temo que el futuro que vaticinas será peor aún.
Mucha suerte
!GRACIOSÍSIMO! Y además muy clarividente de la situación que nos toca vivir en este país, que fue dueño de medio mundo y al que parece que ya ningún pequeño bosquecillo quiere pertenecer. Eres muy valiente porque aunque muchos lo piensan, nadie se atreve a denunciarlo.
Si SEÑOR. Has logrado algo estupendo, que es abrir una espita de gas. Una llamita y todo explota. El mundo al revés en el que vivimos y que bien puede llegar a justificar este Babel que describes. Cuesta leerlo con cierto ritmo, pero imagino que ese es parte del reto que propones al que se encuentra tu cuento. Si es así mucha suerte. Original
Lo tragicómico de la historia es que los personajes y quienes andan detrás de leyes, reglamentos y órdenes no son niños, ni Mortadelo y Filemón, ni Chiquito de la Calzada, sino tíos adultos, padres de familia, a buen seguro, y aun titulados universitarios. Realismo ibérico, tronco. Pero del de pata negra. Y no por tu culpa, no confundamos.
Bravo.
Gracias por los comentarios y críticas. Quería escribir un cuento divertido aunque con un trasfondo tragicómico, lo que ha afectado en algún caso al ritmo, como han dicho por ahí, pero la trama lo exigía.El elemento natural de comunicación es el lenguaje y es una lástima que la gente apueste más por el hecho diferencial frente a aquello que nos une.Pero entonces esto no sería España,claro.
Si alguien se ha reído un poquito, perfecto, objetivo conseguido. Y mil perdones si hay algún fallo en el uso de los idiomas.
Lo siento…a lo mejor es muy complicado para mi, pero me ha gustado la mezcla de idiomas aúnque haya podido arelentizar el relato, me parece un buen recurso.
Saludos
UFFFF
Un buen relato «políticamente incorrecto» y divertido, por lo que no le auguro un buen futuro, al menos en el mundillo de los premios oficiales. Tal vez peque un «poquitín» de exceso de sarcasmo… Pero es sólo porque a mí me agrada más el estilete de la ironía que la mordacidad gruesa del hacha…
Suerte en todo caso.
Es muy divertido y terriblemente crítico. Arrancas la risa, sin duda. Pero a nivel literario, lo cierto es que deja mucho que desear. Es más parecido a un chiste, donde lo que prima es hacer reír, por encima de la forma o la adecuación.
Si tu objetivo, como dices, era hacer reír con ese fondo tragicómico, enhorabuena, lo has conseguido. Ahora bien, como relato literario «no sirve».
En cualquier caso, te elogio la valentía de escribirlo, los escritores tienen que ser valientes, y me uno a tu mensaje (y al guiño al panocho).
Me ha parecido genial! Me he divertido un montón, y como siempre digo, es mucho más difícil hacer reír que llorar. No pienso que se trate de un chiste ni que literariamente deje mucho que desear. Muy original.
Bestial, ¡ me ha encantado! Te confieso que cuando comencé a leerlo y vi catalán, gallego…estuve a punto de dejarlo, me entristece el juego político con el que se están tratando las lenguas de España. Menos mal que no lo hice; me he reído con ganas, aunque a veces la sensación era agridulce. Estoy de acuerdo con el Capitán Wentworth en que es muchísimo más difícil hacer reír que llorar. Y tú lo has conseguido de sobra. Enhorabuena.