- 7 Certamen de Narrativa Breve 2010 - https://www.canal-literatura.com/7certamen -

135- Sutiles mutaciones. Por Amaranta

Desde niño Alejo demostró inclinación por los libros. La lectura fue su única compañía, quizás debido a su salud, debilitada desde su nacimiento. Pasaba los días postrado en la cama.

Su padre lo alentó siempre, proporcionándole el más variado material, que él devoraba con pasión. Y como es de suponer  estudió  letras, aunque su verdadera vocación era  ser bibliotecario, sueño que pudo cumplir.

Su trabajo resume su vida, y más aún, ahora que está solo, ya que su último vínculo familiar ha muerto…

Piensa que no hay nada en este mundo comparable a la literatura, así que colecciona libros almacenándolos en estanterías que se encuentran revistiendo todas las paredes de su casa. Del techo al suelo, de extremo a extremo, también en las esquinas y sobre sillas y  mesas

El resto del día lo pasa en su trabajo rodeado de cientos de volúmenes que conoce en su gran mayoría. Es un experto, todos sus compañeros lo consultan cuando se presenta una  situación  complicada.

Con el pasar del tiempo va descubriendo pequeñas transformaciones en su personalidad, sutiles diferencias que comenzó a notar  junto con una necesidad imperiosa de recluirse en su departamento. Sólo lo deja para internarse en las galerías  de estantes de la biblioteca donde trabaja. Pero sus colegas lo perciben taciturno y hermético. Casi no cruza palabras con ellos.

Antes de éste proceso,  que se fue llevando a cabo con velocidad alarmante,  percibía los olores, los colores, los sonidos y las formas. Las personas se comunicaban con él,  le  ocurrían cosas. Se compenetraba en pequeñas vivencias cotidianas.  Estaba impregnado de  emociones  y de  ideas.

Pero esto fue cambiando. Poco a poco elegía, más y más que el sonido, la palabra que simbolizaba el sonido.

Más que el color, las palabras que simbolizaban  los colores.

Más que el olor, la palabra que simboliza el olor. Más que el sabor y el tacto, las palabras que simbolizaban los  sabores y el  tacto.

Comenzó a alejarse de las  personas, para abandonarse en las sucesiones de palabras estampadas en la olorosa tinta que describían a las personas.

Eligió no padecer el miedo ni las desilusiones, sino descifrar la narración del miedo y las desilusiones. Dejó de pensar, sólo conectaba entre sí palabras que describían los pensamientos de otros.

Poco a poco los objetos en su  universo se fueron sustituyendo por palabras. La progresión del tiempo, por el sucederse en la lectura de los volúmenes. La conciencia de existir, por un vasto aroma  a papel y tinta, a veces a grafito, cuero o cola. A su alrededor  mutaron los  muros de concreto por paredes de libros  y al final quedó atrapado ellos. Lo deglutieron asimilándolo  en forma golosa  y, al final  las personas de su mundo desaparecieron.

Ahora su piel es tan suave como el papel. Mira las que era antes eran sus  manos,  sólo ve  una palabra que dicen mano. Los dedos se han sustituido por letras :  d-e-d-o-s

No hay brazo, sólo ve otras palabras que dicen: –“ésta parte sirvió para tener sensaciones de brazo”. No hay ojos, sólo cuencas que contienen letras que dicen—“tenía acceso a los colores y las líneas”. Y, en lugar de nariz sólo una frase que dice–…”y podía percibir  olores”.

Así, en parcos vocablos se fue  agotando su cuerpo: donde estaba su cabeza, se encuentran vocablos que dicen  “aquí se alojaban los objetos de su universo”

Y la conciencia, la conciencia, son las palabras de este párrafo  –“ ahora soy esto, estas líneas en que me defino, sólo palabras, sólo tinta, sólo papel. , sólo caracteres. –“Yo que fui  Alejo, único hijo de Franco y de María, concluyo aquí, ahora.      Ahora, no soy sensaciones, no soy  emociones, algo me ha ocurrido. Soy sólo  palabras,  frases, nada más que letras en un cuerpo de papel .