12- Crisantemo. Por Isabel Bennet

Cuando mi madre me presentó a Crisantemo sufrí una gran desilusión: ésa no era la mascota que yo había pedido.

Miré ese montón de ropa que se retorcía y berreaba, di media vuelta y salí de la habitación dejando a mis padres con las bocas abiertas en forma de O mayúscula.

Una vez que me hice a la idea de que tendría que conformarme con él, me propuse convertir a Crisantemo en una jirafa. Mi sueño era ser cazador en las sabanas africanas, así que pensé que sería bueno comenzar a practicar con animales salvajes.

Tuve que aplazar muchos meses mis propósitos. Crisantemo estaba siempre metido en la cuna, y mi madre montando guardia a su lado. No se separaba de él ni un segundo. Era imposible ninguna aproximación desde ese flanco.

Cuando empezó a gatear fue diferente. Lo perseguía por toda la casa intentando atraparle con una cuerda. Una vez, conseguí echarle el lazo alrededor del cuello y le detuve en seco. Mi madre, al ver aquello, en vez de felicitarme por mi pericia, empezó a sacudirme y no paró hasta que me ardió esa parte del cuerpo que no se puede mencionar.

En el día de su cumpleaños le regalé una corbata vieja de papá y unos calcetines amarillos con lunares negros. Quería que se pareciera a una jirafa, pero cuando se los puse seguía siendo el mismo Crisantemo de siempre, con corbata y calcetines. Su cara de queso, sus ojos chinos, sus mofletes redondos y su pelo de punta rodeándolo todo. Enteramente un crisantemo. A mi madre no le hacía mucha gracia el nombre, pero hasta ella tuvo que reconocer que le quedaba perfecto.

Parecía que tendría que resignarme. Renunciar a mi jirafa africana, y conformarme con un hermano, sin más. Estos pensamientos me atormentaban mientras me dedicaba a sacar una a una las plumas de la almohada. Al mirar el montón de plumas que no paraba de crecer, se me ocurrió una idea brillante.

Fui a buscar a Crisantemo, que estaba viendo dibujos absolutamente inmóvil. Su boca abierta en forma de O mayúscula. No fue difícil convencerle. Lo mejor de Crisantemo era que siempre estaba dispuesto a explorar nuevos horizontes a mi lado.

Cuando llegó mamá, la agarré del brazo y tiré de ella conduciéndola con los ojos cerrados hasta el cuarto de baño. Le di permiso para que los abriera y también abrió su boca en forma de O mayúscula.

Ahí estaba Crisantemo, sentado en el orinal, su nido, mientras empollaba una pelota de tenis amarilla. Su cuerpo desnudo y toda su cara, iluminada por una enorme sonrisa, estaban cubiertos de plumas blancas. Un poco de pegamento y la almohada de mis padres, habían convertido a Crisantemo en un avestruz de primera.

En vez de felicitarme por mi nueva mascota, mi madre me agarró de la oreja arrastrándome hasta mi cuarto, del que me prohibió salir hasta el día siguiente.

Fueron muchas mascotas las que inventé gracias a la ayuda de Crisantemo, presto en todo momento a seguirme a todas partes, a participar en todas mis empresas. Ahora que no está, echo de menos sus ojos cariñosos de perro fiel.

Fue mucho más tarde cuando me di cuenta de que mi hermano era realmente especial. Tenía síndrome de Down y una afección cardiaca que pronto se lo llevó de nuestro lado. Con su ausencia terminaron también mis sueños de aventuras en tierras africanas…

20 comentarios

  1. Doble negación: no vino nadie, no hice nada, no tengo ninguna

    En español existe un esquema particular de negación, que permite combinar el adverbio no con la presencia de otros elementos que tienen también sentido negativo.

    Los adverbios nunca, jamás, tampoco, los indefinidos nadie, nada, ninguno, la locución en la/mi/tu/su vida y los grupos que contienen la palabra ni aparecen siempre en oraciones de sentido negativo. Si estos elementos van antepuestos al verbo, este no va acompañado del adverbio de negación no: Nunca voy al teatro; Él tampoco está de acuerdo; Jamás lo haré; Nadie lo sabe; Nada de lo que dice tiene sentido; Ninguno de ellos es actor; En su vida lo conseguirá; Ni su padre lo perdonaría. Pero si van pospuestos al verbo, este debe ir necesariamente precedido del adverbio no: No voy nunca al teatro; Él no está de acuerdo tampoco; No lo haré jamás; No lo sabe nadie; No tiene sentido nada de lo que dice; No es actor ninguno de ellos; No lo conseguirá en su vida; No lo perdonaría ni su padre. La concurrencia de esas dos «negaciones» no anula el sentido negativo del enunciado, sino que lo refuerza.

    http://www.rae.es/rae/gestores/gespub000018.nsf/(voAnexos)/arch8100821B76809110C12571B80038BA4A/$File/CuestionesparaelFAQdeconsultas.htm#ap8

  2. Lo siento: al pegar el texto desaparecen cursivas y negritas y resulta complicado entender el sentido de las frases. Por ejemplo, en el primer párrafo:

    «En español existe un esquema particular de negación, que permite combinar el adverbio «no» con la presencia de otros elementos que tienen también sentido negativo.»

    Creo que el enlace no funciona, pero basta escribir en el buscador «doble negación RAE» para encontrar el texto en «Respuestas a las preguntas más frecuentes».

  3. Un excelente ritmo narrativo, y un delicioso sentido del humor.
    El texto alcanza desde las primeras líneas un tono travieso y lúdico que no pierde en ningún momento la fluidez, y mantiene el punto de vista tan bien que la lectura siempre resulta verosímil. Con ese tono se podría escribir durante muchas páginas sin que decayera nunca la atención del lector, sin embargo, en un cuento corto como éste, el final resulta francamente decepcionante.

    Suerte.

  4. La verdad, resulta interesante el que con argumentos se destruya a los lógico-lingüistas que pretenden que saben escribir, al mismo tiempo que se arrogan el derecho de corregir a los demás, porque se han leído dos o tres libricos de lógica formal. Gracias por ello, Nina.

  5. Isabel:
    no tienes por qué sentirlo, es tu opinión ( que agradezco, así como el tiempo que has dedicado en leer el relato) y ya está. En cuanto al humor, más que reír el relato pretende hacer sonreír. En cuanto al final, sí, el hombre ( no me preguntes porqué) se convierte en mujer.
    En lo referente a las palabras “inhiesto” y “bocabajo” son totalmente correctas. Basta con consultarlo en el diccionario en red de la RAE: http://www.rae.es/ – 8k.
    Gracias por tu opinión.

  6. Demasiado aficionado con vocación de crítico que, en vez de dejar que las palabras calen y nos emocionen, inventan polémicas artificiales. Personalmente, prefiero disfrutar de la lectura de historias como éstas y subirme a la pluma de la autora para viajar por su cuento. Gracias por compartirlo.

  7. Siento la puntuación que tiene su relato. La gente no tiene ni puñetera idea de literatura. En serio, casi seguro no ganará el premio del público, pero no dude que su relato es de un 9,2 sin problemas…

  8. Alguien menciona que tu relato tiene un delicioso sentido del humor, yo diría que tiene un cuestionable sentido del humos. No creo que tener un hermano o un hijo con síndrome de down sea motivo de delicioso sentido del humor, a pesar de que tu cuento esté bien escrito. Pero este es sólo mi punto de vista

  9. Mi más sincera enhorabuena por estar entre l@s finalistas del certamen ‘Amor en el tiempo’. Toda la suerte del mundo.

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