Ella subió en la parada de siempre, con los mismos ojos cansados de mirada angustiada. Como siempre la examiné con atención, repasé con cuidado sus ropas, su peinado. Reparé en esa belleza que ocultaba tras un aspecto descuidado y anodino. Como cada día hice conjeturas sobre su vida, si estaría casada o era madre soltera. En aquel mes que llevábamos coincidiendo en el tren había imaginado más de veinte historias diferentes para ella, pero sus ojos marrones parecían desmentirlas todas, algo insondable en ellos la alejaban de la vulgaridad.
Hoy hemos cruzado las miradas, diría que por primera vez; ella siempre anda enfrascada en un libro, parece leer con ansia, como si se le acabara el tiempo, no levanta la vista en todo el trayecto y pasa las hojas con avidez. Pero hoy la he notado rara, en seguida se ha cansado del libro, lo ha cerrado dejándolo reposar sobre sus piernas; nos ha mirado a todos, al resto del pasaje, como si fuéramos extraños, con la curiosidad inquieta de un extranjero en un país desconocido. Como si nos viera por primera vez, como si hasta ese momento no hubiéramos estado allí, como si no hubiésemos existido nunca.
En ese instante nuestros ojos se encontraron, se detuvieron a contemplarse, sólo fueron segundos, los suficientes para comprender que me había descubierto, que reconoció en mi mirada el interés que durante días había sentido por ella. Juraría que la vi sonreír cuando apartó la vista, para fijarla momentos después en un punto indefinido del vagón.
Perdone, ésta es su parada, me oí decirle desde mi asiento, casi gritando. Ella me miró sorprendida. ¿Cómo dice?, me preguntó. Yo, aún perplejo por el sonido perfecto de su voz, le aclaré: Siempre se baja aquí, todos los días. Y ella respondió: Hoy voy a otro sitio, gracias; dejándome sumido en la más profunda consternación.
Hundí la nariz en el periódico tratando de pasar desapercibido, aunque nadie se había interesado demasiado por nuestro cruce de palabras. Esperé ansioso que llegara mi parada, avergonzado de mi actitud. La imaginación empezaba a jugarme malas pasadas, había fantaseado tanto con aquella chica que ya formaba parte de mi vida; sin embargo ella ni siquiera había reparado en mí hasta ese momento. ¿Qué estaría pensando ahora?, no me atrevía a mirarla. Por fin el tren se detuvo, agarré mi maletín y salí a la estación sin desviar la vista hacia ella en ningún momento. Mientras alcanzaba la salida al exterior reflexionaba sobre mi vida, ser cajero en un banco no es precisamente una profesión interesante, quizás eso me llevaba a construir un mundo irreal compuesto por personajes robados a la realidad cotidiana.
No noté que me seguía hasta que tocó mi hombro, di un respingo y la miré con los ojos muy abiertos por la sorpresa. Gracias, me dijo, normalmente nadie se preocupa por mí.Seguíamos caminando, ahora uno al lado del otro; yo buscando una explicación lógica para mi actitud anterior. Soy muy observador, dije al fin, me gusta fijarme en la gente y ver en qué parada se baja cada uno.
Ella no contestó, continuó andando con una sonrisa en los labios, sin decir nada. Me acompañó hasta la puerta del banco, allí se despidió con un beso en la mejilla. Hasta mañana, dijo.
Pasé todo el día inquieto, me gané varias reprimendas del director, mi imaginación funcionaba al máximo tratando de buscar respuestas lógicas a lo que había sucedido con aquella chica. Gracias a mis despistes se produjo un descuadre en caja que me obligó a quedarme por la tarde, me olvidé de almorzar, cuando llegué a casa aún estaba bajo el efecto hipnótico de aquella mujer.
Subió en la parada de siempre, se sentó en el sitio acostumbrado y abrió un libro. Yo buscaba sus ojos, sin atreverme a decirle nada. Ella parecía haber olvidado el incidente del día anterior y seguía enfrascada en su novela. Al llegar a su parada habitual se bajó sin decirme adiós, sin mirarme.
Una desazón interior me invadió, llenando cada poro de mi cuerpo. Esa noche había soñado con ella; en mi sueño volvía a acompañarme, se cogía a mi brazo y me besaba en los labios al despedirnos. Sus ojos ya no zozobraban de tristeza, miraban claros y esperanzados a los míos. Aquella mañana me afeité con esmero, elegí la ropa que a ella le gustaría, más desenfadada y casual que días anteriores, me contemplé en el espejo y observé mi rostro detenidamente, cada vez me parecía más a mi padre, las arrugas me iban disfrazando de él. Pronto cumpliría cuarenta y cinco años y nadie me compraría una tarta, ni un regalo. Comprendí entonces que me agarraba a aquella chica como a una tabla de salvación, como la última oportunidad, qué tontería.
Me arrastré hasta el banco, mi aspecto provocaría algunas sonrisas, jamás me presentaba con camiseta y vaqueros, siempre tan formal con la corbata y la chaqueta. Nunca pude pasar de cajero, soñar despierto es incompatible con progresar.
Me puede cambiar este billete, dijo aquella voz inconfundible. Levanté la vista y allí estaba, con la sonrisa de ayer. Perdona que no te saludara en el tren, mi marido me espía, creo me ha puesto un detective. Ella hablaba, pero yo no comprendía sus palabras, sólo me importaba el hecho de que había vuelto, me podría estar diciendo que llegaba el fin del mundo y yo me quedaría embelesado, escuchando sus palabras, sin poder moverme ni hacer nada. Le di el dinero, sus dedos me rozaron al cogerlo, lo metió en la cartera y se marchó, no sin antes decirme hasta mañana.De vuelta a casa reflexiono sobre sus palabras, está casada y su marido la vigila, son cosas que no se dicen al primer extraño que te encuentras, son cosas que permanecen en la intimidad.
De nuevo el tren, de nuevo ella subiendo, de nuevo su indiferencia. Pero hoy es distinto; yo sé que tiene un motivo para no hablarme y la miró feliz, disfrutando de su belleza, de su nariz altiva, de sus labios gordezuelos que hablan de ansias, de deseo. Fantaseo con su cuerpo, juego a desvestirla, desabrocho los botones de su blusa y me extasío en la contemplación de su piel blanca, desnuda, cálida. La veo bajarse del vagón y no me preocupo, sé que volveremos a encontrarnos.
La mañana pasa, me desespero, la gente que se acerca a la ventanilla no tiene interés para mí, no disfruto con el juego de imaginar sus vidas como otros días. Decido quedarme a comer en el restaurante de la esquina, tienen un menú por diez euros que no está nada mal, a veces como allí, en una mesita situada junto a la ventana; es la mesa de los solitarios, pequeña y arrinconada, nunca la había compartido con nadie, hasta ese día. Porque cuando llego, allí está ella con la angustia desbordándole los ojos. ¿Podemos comer juntos?Hablaba con ligereza de su vida, como si no fuera de ella, comía sin apetito masticando muy bien los alimentos mientras me miraba con interés, analizando todas mis reacciones.
Confío en ti y quiero contarte una cosa, me pareces una buena persona; sí, seguro que lo eres… Sé que me observas en el tren, y tengo que disimular porque mi marido me vigila, me espía, no puedo mirar a ningún hombre. Pero necesito hablar, desahogarme, no puedo retener dentro tanto miedo, tanta incomprensión. Está enfermo, cualquier día acabará matándome en un infundado ataque de celos…Dejó de hablar para mirar compulsivamente alrededor, repasando la cara de los comensales y de los camareros; al fin se calmó.
… Cuando se le antoja me encierra una temporada en casa, en la habitación de pensar, así la llama él. Sólo hay un camastro en el suelo y un vaso con agua, la ventana está cerrada a cal y canto y él decide cuándo es de día y cuándo es de noche para mí. El vaso es de plástico para que no se me ocurra hacer alguna locura. En una esquina ha instalado un pequeño retrete portátil, parecido al que usan los niños cuando están aprendiendo a orinar sin pañales. La última vez estuve casi un mes, claro que el tiempo real no lo supe hasta que salí. Me encerró porque me entretuve hablando con el chico que nos traía la compra, creo que me preguntó por una dirección y no acababa de entender mis explicaciones, era extranjero. Cuando cerré la puerta me golpeó y me llevó hasta la habitación de pensar, sin decir ni una palabra…. Estaba muy seria, pero no lloraba; la mirada fija en la servilleta que estrujaba entre sus manos. Yo permanecí en silencio, no sabía qué decir, así que esperé a que continuara su historia.
…Hace un mes mi madre enfermó, le supliqué que me dejara ir a verla, a hacerle compañía en su casa. Gracias a mi madre logré salir de casa, coger el metro cada mañana y alejarme de mi cárcel. Pronto descubrí que me había puesto un detective. Se lo recriminé, le dije que se gastaba nuestro dinero en tonterías, que dejara de desconfiar en mí. Lo negó todo, pero sé que mentía, ni siquiera trató de pegarme… Otra pausa, yo seguía buscando alguna palabra de consuelo, pero ninguna me parecía lo suficientemente buena. …ahora tengo un problema, mi madre ha muerto esta mañana, nadie lo sabe aún. Si se lo digo a él preparará el entierro y ya no tendré excusa para salir de mi casa; y me moriré, sé que no podré aguantar un invierno más allí, sola… Ahora le acaricio una mano, la noto fría; en una ocasión la había imaginado así, una mujer maltratada, que buscaba ansiosa un apoyo donde aferrarse para salir de la situación en la que se encontraba. Podemos ir a la policía y denunciarle, me escuché decir sin demasiada convicción. No tengo pruebas y él es un hombre de prestigio, con buenos abogados, ¿me ayudarás?
Cuando dije que sí todavía no sabía muy bien lo que ella esperaba de mí, ni siquiera conocía su nombre, no nos habíamos presentado formalmente, pero la acompañé a la tienda de electrodomésticos y después a casa de su madre.
La mujer aparentaba estar dormida, arropada bajo las mantas, cuando me acerqué, la palidez de su rostro disipó cualquier duda sobre su muerte. Se parecía levemente a Elena, así se llamaba ella, como una máscara ajada por los años. Pasamos la tarde velándola, no es que Elena no estuviera triste pero tampoco la vi acongojada, me explicó que su madre sufría grandes dolores y que la muerte había sido un alivio para ella. Nunca supo por el infierno que estoy pasando, sé fue feliz de tenerme a su lado.
El timbre sonó a las seis, dos fornidos operarios soltaron la caja que porteaban y nos preguntaron dónde queríamos instalarlo. En la cocina no cabía, así que Elena dijo que allí mismo, en el salón. Se miraron extrañados, pero procedieron al desembalaje y nos explicaron las instrucciones. Cuando se marcharon, Elena abrió la puerta del congelador vertical y sacó uno por uno los cajones, comprobó el espacio que quedaba dentro introduciéndose en el hueco y asintió con satisfacción. Entre los dos cogimos el cuerpo rígido de la difunta y lo metimos dentro del congelador; nos costó trabajo, acabamos sudando, Elena lloraba y le pedía perdón a su madre. Sólo serán unos meses, mamá, le susurraba al cadáver.
Ahora nos seguimos encontrando en el tren, cada mañana espero ansioso a que entre por la puerta y ocupe su sitio; me contengo al mirarla, ella ni se fija en mí. Cada noche sueño que su marido descubre la mentira y la encierra en la habitación de pensar; pero cuando aparece, el miedo se disipa y aguardo ilusionado nuestro encuentro de las tardes. Allí, en el salón, protegidos por un congelador, nos amamos en silencio, disfrutando del tiempo que nos quede.
Es un historia triste, pero perfectamente podría ser verdad. Cada día nos extrañamos menos de estas historias. Lo peor es que nos acostrumbremos, ¡Dios mio! espero que no. El final me gusta, ya lo dice el refrán » a grandes males, grandes remedios». Ojala a todas las mujeres que pasan por algo así encuentren el amor.
Sí, es una historia triste, que fluye ágil, con intensidad, intriga y mucha decisión, Es verosímil, creíble, con personajes bien descritos a base de unas pinceladas y algo de acción. Se logra mostrar la desesperación por amar, por ser amado, el miedo, los celos, y el final, redondo, aporta la locura, otro ingrediente en muchas historias reales de amor.
Suerte en el concurso.
Sospechaba lo de tu madre. Lo supe desde que el detective me contó que habías comprado un congelador. Os va a durar poco la alegría, a ti y a tu amigo, el banquero ese. Ya no me hace falta el detective sino un asesino a sueldo, que haga que todo parezca un accidente.
Será caro, pero lo que me cueste, lo recuperaré con el alquiler de la habitación de pensar.
Lo siento Henry, pero estás muy equivocado, en realidad Elena no sufría malos tratos, ni siquiera tenía marido. Trabajaba cuidando a la anciana, y no quería quedarse sin trabajo, así que se montó toda la historia para que el banquero no vacilara en ayudarla. Otro posible final ¿no?. Gracias por aportar el tuyo.
Gracias a todos por vuestros comentarios, hombres y mujeres.
Si la buena literatura destaca, entre otras cosas, por la naturalidad, la sencillez y el realismo en las frases, además de la capacidad de conmover, descubrir los sentimientos y los deseos de sus personajes, este relato es, sin duda, una muestra de ello. A medida que se va leyendo uno cree desde el principio que se trata de algo verdadero. El relato carece de palabras manidas o excesivamente literarias, lo que le aporta junto a la capacidad de conmover bastante credibilidad.
No estoy de acuerdo, Delgadina, en que con otro final quedara igual, sin cambiar mucho, o casi todo de lo demás.
Pienso que ese final es coherente con todo el relato, y por lo tanto, es lo que lo dota de originalidad.
Gracias Adriano,
A mi me ha conmovido tu comentario porque a veces me recrimino a mi misma esa sencillez, esos textos desnudos de adjetivos, pero no se escribir de otra forma, cuando lo intento solo consigo máscaras incapaces de transmitir lo que llevo dentro.
Un saludo
Este cuento, historia o relato, en el que la autora nos deja la sospecha, a través del subrayado, de que se trata de un recurso más de la imaginación de un empleado aburrido y simplón es, sin embargo, una verdadera historia de amor.
El subrayado sobraría en este relato debido a la sensación de hecho real, por la resolución, el ritmo, la frase certera y precisa, que hace que se lea del tirón, casi sin aliento, preso de la compasión por dos seres humanos que estremecen y conmueven de lástima.
Suerte, Delgadina.
Suerte, Delgadina.
Conforme he ido leyendo, el corazón ha incrementado el ritmo cardiaco. Ha brotado el romanticismo al que a menudo mando hibernar. El final, sobre todo, feliz. Para sufrir ya está la vida.
Sigue así «Delgadina».
Este relato corre como agua cristalina, es sobrecogedor, tierno, triste, robusto y sólido como la vida misma, es maravilloso, sencillamente precioso.
Ahi dentro debe haber unas historias muy buenas.
Adelante, Delgadina.
Respondo a Ligusto, si con subrayado te refieres a la cursiva, ha sido un error del programa, no deberían ir en cursiva nada más que las frases que pronuncian los protagonistas, el resto se ha colado. Gracias por tu comentario que me permite aclarar este error.
Gracias también a tí lector, por tu crítica (no creo merecerla) y por tus ánimos.
Enhorabuena Delgadina,
Decirte que me parece una historia redonda y que una vez iniciada has de terminar de leerla. Te engancha desde el principio.
¿Quién no ha tenido alguna vez este tipo de fantasías sobre algún desconocido/a en: una sala de espera, en un vagón de tren, en un restaurante, etc.
Además también aparece el factor sorpresa, pero siendo en todo momento muy real lo acontecido.
Felicitarte por lo mucho que transmites en este relato y deseo animarte a continuar con esta labor tan encomiable.
Seguro que tus lectores te lo agradecemos
Estimada Delgadina me ha encantado tu relato. El otro día escuche en televión como daban una noticia sobre una mujer que había tenido a su madre muerta durante un mes en su casa. En este caso se piensa que para cobrar la pensión. Pero el mal olor la delato. De haber leido este relato seguro que el final hubiese sido otro.
Este relatito corto y coqueto se lee muy bien, con inquietud y con ansia. Aguanta varias lecturas seguidas, siempre buscando algo más entre sus frases, pero se queda uno con ganas de más. Y una cosa que me llama la atención, que no deja al lector separarse definitivamente de la historia, es la habitación de pensar.
Da la impresión de que esa habitación, lúgubre y cruel, precisamente de pensar -¿porqué de pensar?- sea además del título, el eje del relato por el terror en el que sume a los protagonistas.
En fin, un relato extraordinario y encantador.
Ánimo, Delgadina.
la autora es sumamente creativa, sensible, descriptiva…y analítica y conocedora de las enfermedades actuales de las almas solitarias.
la protagonista es una de las miles de mujeres maltratadas, por un exceso de amor mal enfocado….que llega a trastornar tanto al que ama como al ser amado.
es la locura de los celos enfermizos.
el protagonista masculino, es el hombre gris, insignificante que lejos de adaptarse al mundo que le rodea, se crea su propio mundo interior….y en él vegeta, hasta jubilarse, o encontrar un amor que le saque de ese desajuste emocional.
en mi opinion un relato, mucho mas intenso en su fondo…que en su forma.
pero eso es lo que vale.La CREATIVIDAD, ya que la forma se la puede dar cualquier «junta letras» profesional.
ojala triunfe , sea quien sea el autor de este relato.
Gracias por vuestros comentarios, quería hacer un apunte sobre lo que dice Miguel, ha captado perfectamente lo que yo queria transmitir con el personaje masculino, una persona que vive una vida imaganaria, por eso no le parece tan extraña la petición que le hace Elena, sobre todo desea estar a su lado y ni siquiera se para a pensar que pueden existir otras posibilidades, mucho más coherentes.
Saludos
El recurso del congelador me recuerda a una película española parecida en la que deciden conservar el cadáver en una bañera con hielo. Es un recurso muy utilizado tanto en el cine como en la literatura.
Me ha gustado tu historia, porque fluye, avanza sin menoscabo de la precisión de los hechos necesarios. Me parece una historia cruel y tierna, y lo que más me gusta es que no existe justificación para ella ni falta que le hace.
Suerte en el certamen.
Dice el escritor Andres Neuman que no hay personas comunes sino observadores inexpertos. Sin duda, aquí tenemos una experta observadora. Sin duda, la observación, el gusto por mirar lo ajeno y descubrirnos en los demás constituye uno de los pilares de la escritura en general y de este cuento en particular. Enhorabuena, me ha gustado el cuento. He hallado en él inquietudes e inclinaciones con las que me identifico totalmente.
Suerte.
Una delicia de relato. Un momento maravilloso de lectura que se devora hasta el final con un tanto de ansiedad y mucho placer. Una descripción de los sentimientos tan naturales como sobrecogedores de la mujer. Una radiografía casi perfecta de la dependencia emocional del hombre. En fin, un placer para los sentidos.
Enhorabuena y mucha suerte.
Un buen relato que analiza espléndidamente los sentimientos y que a medida que se avanza en su lectura nos emociona por su realismo. ¿ Quién no se ha encontrado con uno de esos amores imposibles? Observo que casi siempre son las mujeres las que deben luchar por vencer los obstáculos. El hombre se deja llevar, al menos en tu relato.
Suerte en el certamen
Me ha parecido seguramente el mejor relato de cuantos he leído hasta ahora en el certamen.
Y es además el responsable de que yo no haya concursado con el que tenía en mente, porque presentaba bastantes similitudes con este, y como este había llegado antes, me pareció más prudente probar suerte con otro.
Comienza con tintes románticos para terminar en un angustioso drama no exento de pinceladas truculentas. Y si la primera parte me gusta por ser más lírica, la segunda me resulta atractiva por ese suspense que se mantiene hasta el final de la narración.
Te felicito y te deseo lo mejor en el concurso.
Gracias Bobdylan, aún llevas pocos leídos (si vas por orden) pero es todo un halago el que me haces y siento haberte chafado el relato que pensabas presentar.
Gracias Mafalda, el hombre de mi relato se hallaba instalado en un mundo de fantasía, creo que ni se dió cuenta de que Elena era real, que realmente todo aquello estaba pasando.
Gracias Admiradora, no sé quien eres, pero ni mi mejor amiga podría hacerme un comentario tan bueno, casi que estoy pensando que te ha gustado de verdad.
Gracias Wu Wei, leí tu relato y fue uno de los que más me gustó de los primeros, decirlo ahora puede sonar a peloteo, pero es así.
Gracias Julián, tu relato si que es tierno, y con final feliz, casi es extraño por eso mismo, tan acostumbrados estamos a finales sorpresivos.
Gracias Julieta, supongo que si utilicé el recurso del congelador fue porque me vendría a la cabeza algún flash back de una de esas películas, la memoria es así, siempre acaba sorprendiéndote. O porque tengo un congelador de ese tipo en casa, sin cadáveres humanos, claro.
Es un relato muy bien construido, de facil lectura, nada de retóricas (no son necesarias en la mayoria de los casos) y en donde se expone con toda claridad que siempre una mujer consigue lo que quiere de un hombre, como sucede en la vida real
Gracias Fernando,
Me ha hecho gracia tu comentario, aunque no estoy de acuerdo con él. En este caso es el protagonista el que consigue todo lo que quiere de Elena, quiere una relación irreal que no llegue a apearlo de su bien estructurada vida,por eso se amolda a los deseos de ella.
Totalmente de acuerdo con Fernando. Es el hombre el que hace lo que ella necesita, lo que ella quiere para liberarse. Si ella le hubiese pedido otra cosa él lo hubiera hecho igualmente, hambriento de una relación amorosa.
Por otra parte, Delgadina, protagonistas son los dos, si se quiere ella más que él, puesto que es ella la que cede a la mirada de él,la que le abre paso, la que tiende su red para utilizarlo.
Y, por último, los dos son producto de la ficción, de la creatividad– preciosa por cierto– de la autora, la cual parece que se nutre con mucha eficiencia de las relaciones virtuales a las que estamos acostumbrados a leer y a vivir en la red.
Suerte.
Gracias por tu comentario «un lector»
No me gusta discutir, así que si eso es lo que te parece, que ella lo utiliza, pues bien está. En el momento en que mi relato está expuesto para ser leído cada uno puede interpretarlo como le parezca. Creo que hay radica la grandeza de la literatura, ir de lo particular a lo general, y que cada cual pueda entender distintas cosas de un mismo texto.
Prosa natural y directa que te engancha desde el primer momento y te anima a seguir, para los que no entendemos de estilos literarios este es un relato sencillo pero lleno de significados. Delgadina sigue escribiendo tan bien como lo haces.
Prosa natural y directa que te engancha desde el primer momento y te anima a seguir;, para los que no entendemos de estilos literarios este es un relato sencillo pero lleno de significados. Delgadina sigue escribiendo tan bien como lo haces.
El relato está muy logrado ya te lo han dicho todos, asi que creetelo, te lo digo aun siendo parte de tu competencia,pero joder, es muy bueno.Dominas muy bien la trasmisión de sensaciones y queda muy bien (particularmente)ese estilo de los giros bruscos de argumento pero directos y sin más. Suerte y que gane el mejor ;) !!
Soso, sin ritmo, no hay manera de entrar en la trama, en fin un desastre de relato … Lo siento Delgadina, no quería ser repetitivo así que te he escrito lo contrario de lo que pienso. No te auguro nada bueno. :-)
Gracias Aventurero, con lectores como tú seguro que seguiré escribiendo.
Gracias DuVeRal, me gustaría saber cual es tu relato para leerlo.
Gracias NEPC-64, menudo susto me has dado cuando empece a leer tu comentario, he pensado «por fin alguien sincero», lo mismo todos los demás eran amigos infiltrados y yo creyendo que mi relato gustaba y ahora resulta que es una auténtica porquería. Así de inseguros somos los escritores, los aficionados como yo, aún más, creo.
Muchas mujeres merecen esta historia conmovedora y de final feliz…. Son Elenas que lloran a diario y buscan escapar del sufrimiento, merecen un final así. Felicidades Delgadina!!!
Original, muy original la historia. Pero permíteme que sea sincera y que te diga que no acaba de engancharme, excepto por la reflexión a la que me lleva por saber cuántas personas necesitan desahogarse con el extraño del tren, el que se encuentran todos los días, el de las miradas perdidas. A veces, un encuentro fortuíto justifica toda una vida. Suerte.
Hola, Delgadina,
Este es uno de los primeros cuentos que leí, por eso ya no me acuerdo si te comenté o no. Es un cuento muy bien estructura, con una redacción casi perfecta, con unos personajes muy bien definidos, una historia que no da lugar a confusiones tontas… en fin, un relato 10!! Ya te voté, porque no puedo votarte XDD, pero yo lo haría un montón de veces, cosa que no puedo, y no se debe, vaya ser que te descalifiquen por mi culpa. En fin, que me encantó, y gracias por comentarme la primera mi cuento.
Un saludo,
Pienso, como Adriano, que el final sorpresa es el que dota a tu relato de originalidad.
Para mi es un buen texto aunque en aras de una fácil comprensión me gusta más que los diálogos vayan precedidos por guiones y no diferenciados de la narración por la dualidad itálica-cursiva (es una apreciación muy personal).
La mayor intriga -sin embargo- me sobreviene cuando quiero adivinar en esta historia de cazador-cazado, quien es el cazador y quien el cazado ¿Acaso tú lo tenías claro desde le principio, Delgadina?
Suerte, es un buen relato.
Gracias Elena, aunque discrepo de que este sea un final feliz, más bien es como un parche en las tristes existencias de los dos, no llegan a solucionar del todo sus problemas.
Gracias Norma Jean, ser original es complicado, así que agradezco que mi relato te lo parezca, no todas las historias enganchan por igual a todo el mundo, espero que al menos no te hayas aburrido leyéndola.
Gracias Diógenes, aunque no creo que merezca tantos halagos.
Gracias Pericles, en cuanto a lo de los guiones, lo cierto es que yo suelo usarlos, pero en este cuento me apetecía hacerlo de forma diferente.
En cuanto a la historia de cazador- cazado, nunca me lo había planteado hasta que surgió en los comentarios, por lo general me planteo muy pocas cosas cuando escribo, quizás después sí, despues me pare un rato a analizar lo que he escrito. Pero cuando inicié este cuento no sabía ni como iba a terminar, no lo supe hasta un par de párrafos antes. Algunos cuentos son así, misteriosos, esté empezó con unas miradas y yo sólo tuve que dejarlas fluir a ver donde me llevaban.
Como bien dice Pericles no creo que la autora sepa tampoco quíen caza a quién. Pienso que esa búsqueda quizás sea la energía que alimenta todo el relato hasta el desenlace.
Ya nos dice la autora que de lo particular a lo general, en ese trayecto, está la grandeza de esto de las letras, que cada uno saca una conclusión, y todas son válidas.
De nuevo te deseo mucha suerte.
Genial Delgadina, como todo lo que escribes. No soy un experto literario, que pueda tener la capacidad de analizar y desmenuzar los aciertos y errores de un texto, pero lo que si estoy seguro es que tienes esa capacidad de transmitir, de despertar sentimientos y emociones en todo aquello que te propones a escribir…
Como bien sabes, no es el primer relato que leo tuyo, todos los que he leído, por muy breves que hayan sido, me han aportado algo y sobre todo lo que es más importante para mí, me han hecho pensar…y no hay nada mejor que una lectura que te haga pensar…Me quedo con una frase de tu relato, que hoy llevo dándole muchas vueltas…”soñar despierto es incompatible con progresar”, te pongo yo otra que me gusta mucho…”haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad”. Espero que tu sueño de progresar cada vez más en este mundo de la escritura se haga realidad. Un abrazo. Manu
Me ha gustado mucho, mi mayor felicitación y ánimos para que sigas escribiendo más. Conclusión, de mi parte, una vez lo leí: Dos seres, que sufren, han sido tocados por la varita del destino, y viven, dentro de esa vida tan triste, momentos bonitos cargados de amor, lo uno es compensado por lo otro. Como dice el refrán: Dios aprieta….pero no ahoga.
Muy buena historia, y muy bien narrada, con una prosa como la que me gusta a mí, rotunda, bonita, pero sin florituras ni malabarismos verbales que están de más. Para mí también es un placewr competir con «rivales» como tú.
Totalmente de acuerdo Adriano, un mismo libro es diferente según quien lo lea. Gracias de nuevo por tus comentarios.
Manu, a mi personalmente me gusta soñar despierta y como soy una persona positiva me apunto a tu lema, vida-sueño, sueño-realidad. Gracias por estar ahí, por leer todos los bodrios que escribo sin quejarte, por tus comentarios que siempre me dan ánimos para seguir, gracias por ser un buen amigo, aunque ahora estés un poquito más lejos.
A ti lector gracias también, y estoy de acuerdo contigo en que es una historia de amor, un amor en tiempos difíciles que hace que los protagonistas lo vivan con más intensidad, con la incertidumbre de si volverán a encontrarse al día siguiente.
Hola Delgadina:
Un gran amigo mio, y compañero de trabajo por demás, llamado Manolo Martínez D. me recomendó la lectura de tu relato. Pensé en ese tipo de compromiso amistoso que no puedes ni debes eludir. Así que manos a la obra y buscando conseguí dar con tu relato.
Quiero hacer este comentario porque me gusta la lectura pero desconozco aspectos más técnicos y literarios que seguro darían mayor soporte a lo que quiero decirte. Si un autor, autora en este caso, consigue que en el primer párrafo de su relato el lector quede atrapado por la naturalidad de la situación, la sencillez de sus personajes, la intriga inicial, etc. creo que tiene esa virtud que a muchos nos gustaría poseer y es ahí cuando te das cuenta que somos muchos los que queremos escribir y pocos los que saben transmitir. Felicidades.
Me ha gustado mucho tu relato, he disfrutado leyendolo. Me parece muy bueno. Espero leer más cosas tuyas. Sorpresa con tu comentario sobre la inexistencia de malos tratos, eso lo hace aún mejor, pero claro eso sólo está en la mente del autor. Mucha suerte.
Relatos como este hacen que una persona se aficione a la lectura. La originalidad y la fácil lectura te meten en la historia. Me ha gustado mucho.
Gracias Tristán, y ánimo, no te dejes hundir por esa descalificación, todos sabemos que el premio del público no es significativo de la calidad de un relato, el año pasado el ganador ni siquiera estuvo entre los finalistas y consiguió más de 500 votos.
Espero Javier que tu compromiso no te haya resultado muy pesado de cumplir, mira que le digo a mi matón buscavotos que no sea demasiado insistente, pero él sigue ahí, dale que te pego. Gracias por tu comentario.
Gracias Manuel por dedicar unos minutos a leer mi relato, desde luego en mi cabeza hay muchísimas más cosas de las que escribo y casi nunca logro reflejarlas como me gustaría.
Gracias Gerardo, yo creo que la lectura ha de ser un placer no una obligación, sólo así podemos disfrutarla en toda su esencia.
Poco creible, esperaba que fuera esquizo o algo así. Muy raro que el marido le ponga un detective y no se moleste siquiera en visitar a su suegra.
Es sumamente curiosa la crítica de Moriarty y quizás no poco acertada, en cuanto a credibilidad se refiere. El marido le pone un detective y no se digna a visitar a la suegra.
Y eso es raro? Hay quién tiene a la suegra, a los padres, a los abuelos en una residencia y no va a verlos durante meses.
También es raro que la meta en una habitación para pensar. Es que en los relatos, en los cuentos, lo que parece que es fundamental es la coherencia entre autor y lector, esa especie de convenio que si se acepta se lee, y si no,no se lee ni se vende.
No sé si este lo será, pero el argumento del crítico me parece débil.
Por otra parte, hay una gran novela de García Márquez en que uno de los personajes vuelan: está creo que tendiendo unas sábanas o algo asi y sale, literalmente, volando.
No es creible, pero nadie negará que es una gran novela.
Con todo, la crítica, ante tanto halago a esta autora, no viene de más.
Suerte Delgadina.
Un relato inquietante y hermoso. Gracias por tus palabras y suerte.
Delgadina, poco puedo añadir a lo dicho ya en todos los acertados comentarios, si bien sólo resaltar una cosa: tu relato hace fácil algo tan difícil como secuestrar desde el principio la atención del lector y además con una sencillez que no hace sino aumentar aún más su credibilidad. Al margen de todo, la historia es conmovedora. Un abrazo y suerte, la tienes ganada.
fantástico
creo que tu relato es un ejercicio emocionante y cautivador que a cada uno de nosotros los lectores, nos introduce en algo tan aparentemente conocido como es la descripcion de un concepto tan conocido como el amor en sus primeros estadios, amor ciego y estupido perfectamente reconocible,que en tu caso no precisa ser explicado mas alla de lo que nos cuentas. Relato intenso y creciente
me ha gustado muchisimo, enhorabuena
James Moriarty lamento no haber conseguido introducirte en el «sueño de la ficción» como diría John Gadner.
Ligusto, gracias por tus aportaciones, creo como tú que los cuentos están llenos de hechos increibles que el lector está dispuesto a admitir siempre que no piense que le están tomando el pelo.
Gracias Jimena por salir de tu jardin y acercarte a mi habitación de pensar.
Gracias Justo Infante, cómo me reí con tu relato, me alegro de que te haya gustado el mío.
Gracias Omia por tu breve pero intenso comentario.
Marinero, gracias por pasar por aquí y dejar un comentario, espero que dejaras el barco bien atracado (¿se dice así?)
Últimamente he perdido bastante la afición por la lectura, de casualidad me he encontrado con este relato y puedo decir que me ha encantado. Buscaré más de esta autora. Un saludo Delgadina
Lector Novel, no busques por Delgadina que sólo es un seudónimo, un personaje de García Márquez, uno de mis autores favoritos. Cuando el concurso se resuelva no tengo inconveniente de decirte donde puedes leer más cosas mías. Gracias por tu comentario y me alegro que la casualidad te haya traído hasta aquí, la aficción a la lectura es lo último que debe perderse.
Felicidades por tu seleccion como finalista.
Acabo de enterarme de que estoy entre los finalistas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!.
Aún no me lo puedo creer, hay muchos y muy buenos relatos en esta edición del certamen, y no es fácil repetir, ya lo fui el año pasado, aunque no gané ningún premio.
Quiero agradecer desde aquí a todos los que han leído mi relato y me han votado, a los que me han dejado comentarios; he disfrutado mucho leyéndolos y he aprendido de ellos, sobre todo a entender lo que transmiten mis escritos.
Gracias, Gracias, Gracias
Delgadinamuycontenta
Enhorabuena, Delgadina. Sabía que estarías entre las finalistas. Besazo.
Si fuiste finalista el año pasado, seguro que te conozco, porque estuve en la entrega de premios.
¿Tal vez tu relato se llamaba «El tiempo detenido»?
Saludos
ENHORABUENA. TU RELATO, JUNTO EL DE ¿QUE TAL UN CANARIO? SON DE LOS POCOS FINALISTAS QUE HABÍA LEIDO.
MUCHAS SUERTE.
Sorprendente final. Felicidades y suerte el 7 de junio.
Gracias Bobdylan, sí mi relato era El tiempo detenido, así que ya sabes quién soy, aunque yo no sé quien eres tu.
Gracias Norma Jean y Perséfone y enhorabuena a las dos, espero que nos veamos en la final y nos portemos como buenas concursantes, sin tirarnos de los pelos ni nada de eso, ¿vale?
Gracias Wu Wui, tu relato me gustaba mucho,es una pena que no haya sido seleccionado.
Delgadina, yo soy el que quedó segundo en el certamen de Poemas sin rostro y tuve que salir a hacer el ridiculo… digo a decir unas palabras al estrado.
Saludos.
Vale Juan, digo Bob, he ido a refrescar la memoria en la página del certamen y he leído tu poema y tu biografía y cómo aún no te recordaba he visto las fotos de la entrega de premios y ya sí, ya se dibuja tu imagen en mi memoria. No creo que hicieras el ridículo, estuviste muy bien y tu poema era muy bueno. Yo a veces escribo poesía, es más, lo primero mío que vi publicado en papel fue un poema, pero no suelo presentarme a concursos de este tema, me siento bastante insegura, creo que es algo demasiado personal.
Mucha suerte en la final Delgdina, esa historia con final de escalogrío la merece.
¡Felicitaciones, Delgadina! Soy, Juan, el de Bestia. Tu cuento es muy bueno y ojalá puedas ganar. Te lo deseo de corazón, aunque haya un océano de por medio y los corazones no sepan nadar. Lo feo de este sistema que uno no termina conociéndose. Pero, en fin… Si necesitas un matón, basta con que escribas un mensaje aquí y mandaré a Bestia para que ponga las cosas en su lugar… Chau.
Gracias Carla, espero que nos conozcamos en la final.
Gracias Juan por pasarte por aquí a felicitarme, tendré en cuenta tu ofrecimiento, nunca sabe una cuando puede necesitar un matón y tu Bestia es de los buenos.
Un saludo para tu tierra, las palabras si pueden atravesar océanos y mares.
utilizando tu ultima frase, desde luego las palabras pueden atravesar oceanos y mares, tambien las buenas noticias y desde este lejanisimo paraje quiero felicitarte por tu nominacion, que de alguna manera nos pertenece a todos los que hemos disfrutado de tu litaratura y tu compañia. Suerte en este tramo final y estare atento a nuevas noticias. un beso
Gracias marinero, me alegra tener noticias tuyas de nuevo, espero que todo vaya bien por esos mares que surcas cada día. Ahora me queda lo peor, pasar los nervios de la final, ya estuve el año pasado y me vine con las manos vacías de premios pero llenas de amigos y de ilusión por aprender, por trabajar, por superarme, por seguir escribiendo.
Hasta siempre amigo, un abrazo.
creo que Delgadina nos ha regalado un buen cuento de misterio, emoción con un final que tiene bastante morbo! supongo que es finalista porque se lo merece, sin embargo, discrepo con algunas opiniones vertidas aquí en esta página de comentarios; no veo que sea una historia realista ni mucho menos, ni los personajes son de carne y hueso; el protagonista masculina, el tipico hombre gris y timido que pierde la cabeza por una mujer bella y misteriosa es casi un personaje arquetípico en la literatura y en el cine contemporaneos, se me ocurren espontáneamente el prota de «el apartamento» de Billy Wilder o el de «todos los nombres» de Saramago…. la lista de personajes así sería inteminable,estos hombres suelen ser oficinistas, contables o «cajeros de banco». Lo mismo se podría afirmar de la mujer del cuento, la misteriosa belleza victima y manipuladora a la vez.Con esto no critico el cuento, es más le felicito a Delgadina que quisiera escribir ficcion y no tratar de denunciar la violencia machista, por ejemplo consecuentemente se desarrolla la trama emocionante hasta su final macabro.Por cierto, el hecho de que de vez en cuanto salga una noticia así en el periodico solo muestra que la realidad supera la ficción …
Siddartha he leído varias veces tu comentario y estoy de acuerdo en algo, este cuento es una ficción, desde el principio hasta el final. Pero la ficción se alimenta de la realidad, y no creo que los personajes sean tan irreales, tan cinemátográficos como tú dices. Muchas mujeres soportan durante años vejaciones de sus maridos sin denunciarlo, llegan a habituarse a una situación de maltrato hasta considerarlo algo «normal». Muchos hombres vegetan, incapaces de dar el paso necesario para buscar la mujer de su vida.
De todas formas, creo que introduje el final del congelador para darle un toque de irrealidad, para llevar la historia al mundo de los sueños. Alguien me decía que no acababa de engancharle la historia, que no acaba de emocionarle, es posible que sea por el tono distante en que cuento las cosas, como si no llegaran a afectarme.
No sé, en realidad nunca tengo muy claro porqué escribo lo que escribo, lo cierto es que vuestros comentarios me sirven para reflexionar,es un maravilloso efecto feed back que, sin duda, me ayudará en mis próximos escritos.
Gracias Siddartha por tu comentario.
he de confesar que prefiero leer libros que puedo tocar, donde puedo sentir el papel al pasar la página, sin embargo, el internet tiene una virtud que no tiene despérdicio; facilita la comunicación directa entre lector y autor.Aprovecho pues éste hecho para aclarar algunas de las cosas que ya había escrito en mí anterior comentario respondiendo así a la autora.
Delgadina, no cabe duda de que hay mujeres maltratadas y por supuesto hay hombres tímidos. En mi opinión están al servicio de la trama, es decir, el hombre y la mujer actuan tal y como actuan por sus circunstancias respectivas.De hecho ha sido bastante hábil recurrir a personajes así facilmente reconocibles.Ficción y realidad se retroalimentan. Quién puede decir a ciencia cierta si personajes como los del cuento se basan en personas reales? no es posible que tomemos por real lo que hemos visto mil veces en la pantalla?yo por mi parte no lo tengo tan claro! Desde luego hay que ambientar un cuento y si no queremos hablar de marcianos hay que darles nombres, apellidos, profesiones y caracterizar a los personajes.No obstante esto no lo convierte en un relato realista.
Leyendo tu cuento no puedo evitar pensar en los de Roald Dahl, famoso en el mundo anglosajón por sus relatos macabros y su humor negro ….. el final del congelador podría haber salido perfectamente de su pluma.Como lector no puedo conocer las intenciones del autor; para mi es un cuento que forma parte de una cierto género literario y que cumple las leyes de éste genero a rajatabla..
de nuevo felicidades por tu relato, Delgadina
Coincido contigo en lo de los libros, me cansa mucho leer en el ordenador, y creo que el texto pierde parte de su encanto, se lee con más prisa, no se aprecian bien los detalles, al menos a mí me pasa.
Por otra parte, como te dije antes, esta opción de comentar los relatos me parece estupenda, puedo ver como un mismo texto despierta sensaciones diferentes y compararlas con lo que yo sentí al escribirlo o lo que trataba de transmitir.
Gracias de nuevo Siddartha
Delgadina, no te había mandado mi felicitación por tu elección entre los finalistas, así que aprovecho para mandarte mi enhorabuena y desearte la victoria el sábado en Murcia… allí estaré para verlo.
Delgadina, quiero desearte lo mejor para el próximo sábado en Murcia. Te lo deseo de todo corazón.
Los comentarios que se vierten en esta página sobre tu relato, Delgadina, son cada vez más elocuentes, más interesantes. ¿Es realista o no? Y qué más da el realismo si son los sentimientos los que mueven a cualquier ser humano,a cualquier personaje, ya sea imaginario o real. Hasta las fábulas de Esopo, cuyos potagonistas son animales están llenos de sentimientos y emociones y a través de ellos han colmado los sentidos y hasta el carácter de muchas generaciones.
Pero lo más asombroso de tu relato es ese contenido emocional que le confiere a la historia un hálito soberano de credibilidad. Muchas personas de las que abundan en la red de internet saben que en este medio se producen relaciones muy intensas y sentimentales. Virtuales, lejanas en la distancia pero cortas en lo psicológico hasta el punto de desencadenar muchas rupturas en las relaciones de pareja.
Eso me lleva a cambiar en tu relato el tren por la red; las miradas de los protagonistas por las entradas en el chat en busca de una relación virtual; los celos del marido por los ya conocidos por la gente que chatea y los vive en sus propias carnes; y el frigorífico donde meten al cadáver en la misma pantalla del ordenador donde se aman, durante horas y horas, al margen de la realidad, con el miedo a ser descubiertos, con el miedo a romper la relación con el marido.
Eso es la litaratura, no? recrear la realidad, en este caso la virtual, negro sobre blanco de manera que emocione y conmueva incluso con más intensidad que la vida misma.
Sostengo que lo has conseguido, que sabes utilizar con mucha maestría a los conejillos de indias que pululan por la red, por la vida, deseosos y desesperados por amar, aunque sea delante de un congelador y con una mujer que nunca abandonará a su marido.
Te deseo, de todo corazón, suerte y que seas la ganadora, lo mereces.
Adiós.
Dómine
Gracias por tu apoyo incondicional, si gano el triunfo también será tuyo y si no, sé que estarás ahí, a mi lado, como siempre. Un beso.
Adriano
No se me había ocurrido darle esa interpretación a mi relato, pero podría valer; todo surgió de un cruce de miradas, quizás las miradas eran virtuales y yo no alcancé a entenderlo. Dios!, ya no sé ni lo que he escrito, me haceis dudar a cada comentario.
Gracias por tus buenos deseos.
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