A estos chiquilines los conozco bien, tienen los cuerpos chicos y el alma vieja y dura como piel de tortuga. (más…)
Apartó, impaciente, el visillo de la ventana. La lluvia no cesaba. Por la mañana, negros nubarrones predijeron la tormenta que, rápidamente, avanzó de sur a norte cruzando el territorio con inusitada violencia. (más…)
– ¿A qué huele?
– ¿Eh?
– ¿No lo hueles?
– ¿El qué?
– No sé, así como a flores. (más…)
Sobre el muelle contemplo los barcos atracados, mientras te escribo esta carta. Los demás han ido a alquilar unas bicicletas, todo el mundo parece ir aquí en una de ellas, aprovechando el verano en la ciudad. (más…)
Cientos de barcos volvían de la guerra, con miles de hombres deseosos de ver a sus familias. (más…)