Con sentido Critico


Paladeando la excelencia

Inmaculada Sánchez Ramos

 
El título de este pequeño apunte de la realidad puede parecer un tanto cursi, y aún es más, en mi oinión, no sólo lo parece sino que lo es. Sin embargo, me resisto a cambiarlo porque refleja con exactitud y precisión la idea que quiero expresar. Todos, o al menos eso creo, tenemos la experiencia de hacer alguna vez, en mayor o menor medida, las cosas bien y en algunas ocasiones muy bien.

En estas ocasiones, tenemos un sentir interior que es difícil de expresar y, sin embargo, casi istemáticamente, cuando ocurre produce, en todos los casos, la misma sensación, el mismo efecto, los mismos síntomas.

Es contento profundo y desbordante que sale y supera a tu propio ser. El espacio físico que te circunda mengua a pasos agigantados, en la misma medida que la alegría que te inunda. Alegría a veces serena, y otra tumultuosa, pero siempre plena y veraz.  Es alma translúcida, intención transparente, mirada serena, viva y limpia. Ora quieres gritar a los cuatro vientos tu regocijo, ora quieres guardarlo para ti saboreándolo, en poquitos, a placenteros sorbos, pausadamente, con calma. Es sosiego y ánimo al tiempo. Lejos de ti mora la zozobra y la desesperanza, tan lejos, que ni si quiera en los recovecos de la memoria se encuentra el recuerdo de la intensa inquietud que produce la vacuidad, la nada, lo vano y la mediocridad.

Pues bien, en estas ocasiones, permítanme la expresión, paladeas la excelencia.

 

                                  © Canal Literatura 2004