BERLANGUIANO

 

Julio Cob Tortajada

 

Las corrientes migratorias que hace unos años llenaron la ciudad dada su amplitud, cambian su ciclo, y ya son muchas las familias que regresan a sus pueblos dada su estrechez. Así pues, ya no se trata del regreso del hijo pródigo que regresa hambriento, sino el de la familia entera.

 

Quien no falla nunca es la Ley, aunque en ocasiones falle en beneficio de quien delinque dada la bondad que desprende su ancha toga, sobre todo por su bocamanga tal cuerno de la abundancia. Agotada la Justicia de tanto trabajo (dado lo mucho que le procuran los políticos cansados de su labor pública, pero dispuestos a la querella) y toda vez que recurriendo ya nadie les hace caso, los jueces exhaustos, recurren a las huelgas. Reconforta, sin embargo, ver cómo un juez de Alicante aplica la “ley de usura” de 1908, que pese a ser centenaria rebosa de salud y aún le queda fuerza para anular una hipoteca concedida a una pobre familia por la Empresa Productos Crediticios, que aplicando un interés del 511%, vendía sus ofertas con fecha de caducidad, dada la metástasis que las mismas encerraban.

 

La sanidad pública, que quiere ser laica, no atiende a los que están enfermos de espíritu. Desean estos verse reconfortados y exigen dentro del hospital de Denia una capilla donde aliviar sus males. Da grima pensar que quienes al organizarla presumen de su carácter integral, se han olvidado, sin embargo, de la moral religiosa, que si fortalece el alma, igual templa al cuerpo.

 

Nos decían que los inmigrantes de nuestra Comunidad Valenciana llegaban en patera, pero no sabíamos lo que traían bajo el brazo. Según el Instituto Valenciano de Estadística, en encuesta de “población activa”, la formación universitaria o similar de los inmigrantes es superior a la de los que aquí nacieron. Por aquello de “escuela y despensa” que demandaba el regeneracionista Joaquín Costa, habrá que ofrecer pan y vino a quienes llegan a nuestra tierra, mientras que para los aquí presentes, que están toda su vida, más propensos al botellón, lo mejor será dotarles de aulas aunque  sean al aire libre.

 

A quien sí que hay que darle las gracias es a nuestra administración, siempre generosa, que nos ha regalado una hora más de sueño. Lo que no sabemos es si es para nuestro mayor descanso, o bien, para que sigamos dormidos, siendo ésta la mejor forma de no enterarse de lo que está sucediendo.

 

La crisis pues, junto al verano, se resisten a marcharse y el calor vuelve por sus fueros. Sin embargo, la crisis, con  nombre de mujer y dada su lealtad, anuncia que el verdadero amor es el que dura toda la vida. Vida que esperamos sea, al menos en este caso, muy corta.

 

Ante el gran número de parados, quieren que la Real Academia de la Lengua haga horas extras y admita en su Diccionario, que es de todos, la nueva acepción de “berlanguiano” cuya mejor definición contribuye observar la realidad de nuestros días, que aunque ofrecida a ojos abiertos, al camuflarla, son muchos quienes no se enteran.

 

Amante de la traca y de la pólvora pero dañado en su salud y pese a su ausencia, la fina ironía de Luis García Berlanga se apodera de la Mostra del Cine. En su homenaje, han plantado un “ninot” en el centro histórico de Valencia. Ninot fallero que, llamado a su indulto, ocupará el mejor encuadre en el Museo Fallero. Mientras él, estos días y en el centro de la plaza,  sonríe divertido de tanto disparate con su  “escopeta nacional” de tan grato recuerdo.

 

Noviembre 2009

    
   https://elblocdejota.blogspot.com    

https://valenciablancoynegro.blogspot.com/

 

                                  © Asociación Canal Literatura 2010