La niña de «O». Por Mercedes Martín Alfaya


Estoy aprendiendo las letras. Las letras hay que dibujarlas con el lápiz, pillándote la lengua con los dientes para que salgan bien. Algunas letras son muy difíciles de hacer; otras no. Por ejemplo, la “O” es muy sencilla y se parece a una pelota. El sol también es una “O”, pero con pelitos y barba.
Me gusta mucho la “O”; si le pintas ojitos y boca se pone contenta.

La abuela ha venido al cole a recogerme y le enseñé la ficha llena de “Os”. Me dijo que estaba muy bien y me preguntó por las otras letras. Entonces, agaché la cabeza sin contestar y arrastré la cartera por el suelo. La abuela me cogió en brazos y me sentó en el poyete de una ventana. Luego me miró como pensando…, y dijo:
“La “O” es una letra muy bonita y la has dibujado muy bien; estoy muy contenta. Ahora tienes que pintar a sus amigos, para que la “O” no se aburra”.
Y como yo seguía sin decir nada, la abuela me bajó al suelo, me dio la mano y en el camino a casa me contó el cuento de las letras aburridas…

“Había una vez una niña que estaba aprendiendo las letras, pero sólo le gustaba la “O”. Jugaba con ella todo el rato y siempre pintaba la “O”: O-O-O-. Un día, mientras la niña llenaba de circulitos el cuaderno que le compró su abuela, aparecieron las otras letras y le preguntaron a la niña por qué no jugaba nunca con ellas. Entonces la niña se cruzó de brazos, levantó la barbilla y dijo: porque sois un poquillo feas. ¡¿Feeeas?!- Protestó la “e”. Y todas las letras se pusieron a llorar. El lápiz, que había escuchado a la niña llamar feas a las pobres letras, se levantó de la mesa, buscó otro papel y se afiló la punta: “Venid, venid, que vamos a hacer magia…”. Las letras saltaron por encima de los muebles y aterrizaron en la mesa del comedor. Estaban tan contentas que no paraban de bailar; y la “i” casi pierde su sombrero…

De pronto se escuchó un silbato y las letras se pusieron en formación; una pegadita a la otra. Cuando las letras se juntan dibujan historias, y las palabras cuentan secretos; pero como a la niña sólo le gustaba la “O” pues se quedó allí, aburrida, sin saber lo que decía aquel cuento tan chuli que dejaron las letras en el papel”.


Mercedes Martín Alfaya
Blog de la autora.

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2 comentarios

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  2. Cuando las letras se juntan dibujan historias…
    Mercedes,sabes como contar y hundirnos en tus textos hasta saborear su m

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