Aquella fría mañana. Por Iris

Aquella mañana me levanté helada, era la primera semana de febrero y el frío amenazaba gran parte de la ciudad. El día habia empezado extraño, me habia despertado porque alguien habia dejado abierto el ventanal del fondo, el que daba al jardín de atrás.
Me extrañó el hecho de que Carlos aún no me habia traído el desayuno a la cama, como hacía cada sábado y se habia convertido ya en costumbre.
Hice ademán de levantarme cuando un escalofrío me recorrió el cuerpo, seguido de un sudor frío, como me sucedía cada vez que me pasaba algo fuera de lo habitual, algo horrible que yo muy bien sabia… Solo se me vino una palabra a la cabeza: Carlos.
Corriendo salté y aparté de mí el edredón como si me quemara la piel, ahíta de esa horrible sensación de angustia que últimamente se repetía una y otra vez. Bajé corriendo la gran escalera de mármol que daba al vestíbulo principal, me quedé inmóvil ante la puerta cerrada del salón, reflexionando, algo inusual hasta en mí… Con miedo giré el pomo, y abrí cuidadosamente el portón derecho… Mis peores pesadillas se hicieron reales cuando vi una figura inmóvil e inerte en el centro de la estancia… El pánico me invadió y en un intento desesperado de escapar de mi realidad, me lancé sobre el frío y ya sin vida cuerpo de Carlos, como pretendiendo que alguna fuerza extraña de algún lugar lejano me lo devolviera, algo irreal de lo que era perfectamente consciente.
No parecía una muerte violenta… ni cortes, ni heridas, simplemente habia una pequeña botellita de cristal volcada en el suelo… Seguramente el causante de la tragedia.
Había muerto como merecía… Sin mancharse, sin derramar una gota de sangre, como la persona y el hombre que había sido, que había demostrado en vida.
En ese momento me derrumbé. Sentí que el ardiente y arduo deseo de felicidad vital que habia seguido desde que asomé la cabeza al mundo, se desvaneció como por arte de magia y con un dolor agudo en el pecho, caí muerta, rendida y con la boca seca del sabor amargo de mi triste destino.

Iris

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3 comentarios

  1. Estoy orgullosa de t

  2. Muy bueno Iris, posible es uno de tus primeros relatos, y sin profundizar en aspectos meramente literarios, decirte que cuando despu

  3. Gracias por tu

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