La boda de NIna. Por Katherine Contreras Vanegas

Nina despertó sintiéndose la mujer más feliz del mundo, la más hermosa, no le dolía el cuerpo como llego a dolerle el alma, se sintió más fuerte que nunca y lo único que pasaba por su cabeza era lo hermosa que luciría en su vestido blanco, en el tiempo que soñó ir del brazo de su padre caminando por el ancho pasillo de la iglesia de su pueblo. Por un instante aparto su mirada del espejo y camino hacia la ventana para ver que mucha gente llegaba hasta su casa, conocidos y desconocidos, seguramente amigos de sus padres o familiares que hacía ya mucho no reconocía, mas no reparó en sus trajes negros muy solemnes para la ocasión.

Tomó el vestido que yacía sobre su cama y con el cuidado propio de algo que se pudiera romper se lo coloco, de regreso al espejo notó que se veía hermosa, se sentía hermosa relucía más que el sol en un caluroso verano, intentó colocar algo de color en sus labios pero pese al esfuerzo que hacia permanecían pálidos, lo mismo ocurría con sus mejillas, mas hubo de suponer que los nervios eran la causa de ello.

El velo fue la parte final de todo este ritual, al colocárselo dio la sensación de haber desatado la fuerza de una cascada que violenta se precipitaba al suelo, se sintió lista al fin y en pocas horas se encontraría con el hombre al cual amo por años y el cual la amo, quizás menos intensamente pero que al fin y al cabo la dejó vivir sueños de princesa, la dejó ser como ella era.

Se sentó en el borde de la cama y con una suave mirada detallo cada una de las cosas que habían en su cuarto, las fotos, los cuadros, el cubre cama que extrañamente parecía cada vez mas blanco, pero en especial sintió un fuerte olor a azares las mismas que su padre solía colocar en su cabello cuando era niña las busco con la mirada pero no las halló y pensó que quizás ese dulce aroma provenía de la sala en donde seguramente los arreglos seria flores de azar, al notar que nadie venia a buscarla y mucho menos su padre decidió salir , camino lentamente por el pasillo como si quisiera guardar en su memoria lo que representaba aquel momento especial, bajó las escaleras y al llegar a la sala nadie volteo a verla como ella esperaba, parecía que nadie la percibía su presencia ,ninguno notaba su hermoso vestido blanco y su sonrisa se fue transformando en una profunda duda, ¿que pasaba? ¿Que sucedía? ¿A caso nadie  diría algo?

Llego hasta el centro de la sala y la noto llena tan llena que tardo mucho en abrirse paso entre aquella gente que minutos antes entraban casi que haciendo fila a su casa y finalmente se encontró con lo que llamaba la atención de todos, en un costado de la sala estaba sentada su madre, las lagrimas mojaban sus mejillas y su rostro tenía una mirada tan triste que hasta el más duro de corazón rompería en llanto al verla, junto a ella sus hermanas hermosas como ella pese al luto que les cubría el rostro, aun así ella no comprendía del todo lo que pasaba, busco a su padre entre los asistentes pero no lo halló tan solo halló un ataúd blanco mas blanco que el más hermoso día en verano y adentro estaba ella con el vestido soñado, con sus labios pálidos y sus mejillas sin color y aquel manto que parecía una cascada y una paz inexplicable empezó a invadirle el alma, sonrió mientras pensaba que en verdad se veía hermosa, y dejó escapar un suspiro, por un instante creyó que su madre la había escuchado pues levantó la mirada como si la pudieses ver acercándose la beso en la mejilla y se despidió.

De pronto sintió que alguien la llamaba ¿Nina? ella volteo suavemente a ver y encontró en la puerta de la casa a su padre quien la esperaba para llevarla del brazo con su vestido de novia, con azares liados entre sus cabellos hasta el lugar en donde finalmente estaría el hombre al cual amo y el cual la amo.


Katherine Contreras Vanegas
Bogotá (Colombia)

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2 comentarios

  1. Amiga Katherine, desde que muri

  2. Bienvenida a este rinconcito literario Katherine,tu hisoria es realmente hermosa, imaginativa y llena de emocioces encontradas.
    Como dice Jos

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