Cuando naces, aprecias su sonido,
que es el mismo de tu propio corazón,
y enlazados en un beso de pasión,
tiempo y vida, serán de igual latido.
Vas creciendo y olvidas que has vivido,
y un buen día, primavera de ilusión,
te recibe el pensamiento, la razón,
recordando las flores que has querido.
Un otoño febril en su porfía,
ofrecerá momentos a tu suerte
colmados de esperanza y de alegría.
Hasta que el frío invierno te despierte,
y ese segundo de melancolía,
te acompañe en silencio hasta la muerte.
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Juan A Galisteo Luque
Blog del autor
Del poemario: Versos de luz y de sombras.
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Juan, no sabr
Muchas gracias por tu amable comentario amiga.
Te env