Poema roto. Por Luis Oroz
Demasiado silencio. Escucho, sigiloso, a las palabras y descubro que llegan -ocultando sus huellas, con la ropa mojada, con el miedo, avariciosas, mínimas, legibles, con su torpe manera de escalar a los párpados -a romper el cristal de mi poema. La duda necesita tu silencio. Pero al poeta le hace falta el crujido de unos pasos que no quieran quedarse, el cascabel del gato que se sube a las sílabas, el sonido confuso que desprende el deseo cuando se muerde, ausente, la manzana, la honestidad de aquello que no sabe que existe. Destellos que atraviesen la ventana como un ciego… Leer más