El hombre es el verdadero creador de
su destino. Cuando no está convencido
de ello no es nada en la vida.
Gustave Le Bon.
I
Un poema sin rostro -un pensamiento-
ha nacido en el libro de la vida.
En cada página blanca prendida
se abre mi corazón -como un lamento-
que vibra de emoción… En un intento
de desnudar hoy mi alma dolorida
y en esta desnudez -curar mi herida-,
que grita por mostrar su sentimiento.
Sentimiento que evoca los valores…
Destierra la vil mentira o el engaño,
la injusticia, la envidia o los rencores;
lucha por sortear al desengaño
en este camino de desamores
donde, andar el dolor no es nada extraño.
II
Pero de pronto, un rostro me ha atrapado.
Surgido de la voz de la conciencia,
en mi caminar de libre vivencia,
sin duda he sido yo quien lo ha creado.
Ya el poema, su faz ha desvelado.
Sus rasgos los marca la experiencia,
donde surge triunfal con su presencia
el grueso de este libro apasionado.
¡Oh! diario -el eterno peregrino-
de silencios, de sombras y de anhelos,
-va sembrando de luces mi camino-.
Un sendero de espinas y consuelos,
que forja paso a paso mi destino
y, Dios es el testigo… -Allá en los cielos-.