El principio lo consideré una metáfora sobre el amor, la manera cómo se acaba y cómo renace. El cuento es bello, mantienes un ritmo infantil pero cargado de ese mensaje precioso sobre el amor, sin embargo, al final borras esa metáfora y terminas concentrándote en la imagen, en la parte estética, por lo que la metáfora de desamor-amor desaparece y como la prosa sigue siendo siendo la misma, el cuento deja de ser una aparente historia infantil para adultos y termina siendo un cuento infantil sin un propósito claro.
Tienes la destreza de mantener el ritmo y recrear bellas imágines con mucha sencillez pero te recomiendo que pienses siempre en el propósito de la historia, en ese mensaje que quieres que quede revoloteando en la cabeza del lector. Debe ser constante, desde el principio hasta el final a pesar de todos los hechos que narres, pues este propósito-que repito, no debe variar-bien contado, es lo que le da el «efecto circular al cuento» del que hablaban Poe y Cortázar; lo diferencia de la novela y lo convierte en un universo cerrado al que el lector le da una ojeada y queda maravillado.
Te invito a leer mi cuento El hombre del mar, es el #41. Éxitos.
Un instante de amor perfecto reflejado en un cuadro.
Sabia reflexión que nos recuerda que la felicidad es la suma de pequeños instantes mágicos dibujados en un cuadro, una foto, un recuerdo y quien sabe…si en algún lugar del corazón.
Me molestó la flor de siete años.
Considero que la historia es una especie de cuento infantil, como tal es hermosa.
Suerte.
Mi relato es el 41
Hola
El principio lo consideré una metáfora sobre el amor, la manera cómo se acaba y cómo renace. El cuento es bello, mantienes un ritmo infantil pero cargado de ese mensaje precioso sobre el amor, sin embargo, al final borras esa metáfora y terminas concentrándote en la imagen, en la parte estética, por lo que la metáfora de desamor-amor desaparece y como la prosa sigue siendo siendo la misma, el cuento deja de ser una aparente historia infantil para adultos y termina siendo un cuento infantil sin un propósito claro.
Tienes la destreza de mantener el ritmo y recrear bellas imágines con mucha sencillez pero te recomiendo que pienses siempre en el propósito de la historia, en ese mensaje que quieres que quede revoloteando en la cabeza del lector. Debe ser constante, desde el principio hasta el final a pesar de todos los hechos que narres, pues este propósito-que repito, no debe variar-bien contado, es lo que le da el «efecto circular al cuento» del que hablaban Poe y Cortázar; lo diferencia de la novela y lo convierte en un universo cerrado al que el lector le da una ojeada y queda maravillado.
Te invito a leer mi cuento El hombre del mar, es el #41. Éxitos.
Perdón, mi cuento es el #40. Me confundí. Aunque el 41, el de Ágata, es muy bueno.
Saludos.
Un intento que queda en eso, en intento. Lo siento, me cuesta ser agradable, aunque mi hija me diga que suelo ser un tipejo divertido…
Suerte.
A pesar de lo breve, pudiera haber quedado mejor sin la segunda parte, como una metáfora sobre el amor. suerte
Muy luminosa, vital, transparente. Fácil de leer y de asimilar.
Mucha suerte.
Un instante de amor perfecto reflejado en un cuadro.
Sabia reflexión que nos recuerda que la felicidad es la suma de pequeños instantes mágicos dibujados en un cuadro, una foto, un recuerdo y quien sabe…si en algún lugar del corazón.
Un saludo. ¡Ánimo y adelante!