Hacerse mayor, no temer los propios descubrimientos, rasgar el velo, romper el hielo. Cuando la búsqueda es recompensada, y el que sabe leer entre líneas, toma su vida y entiende el mundo.
Lo cierto es que yo tampoco lo he entendido. Menos mal que el autor ha entrado con otro nick y lo ha explicado, pero aun así, me parece que no lo entiendo.
Y gramaticalmente bastante pobre, la verdad.
Creo que tu relato enseña a un niño de siete años a romper un conflicto que te tiene bloqueado y, ¿cómo lo hace? Arrojando piedras contra el hielo (imagen muy acertada para proyectar esa rebeldía), hasta que consigue romperlo y que el agua mane de forma natural. Fin del conflicto, y liberación que asegura el desarrollo personal. Porque los siete años marcan un hito decisivo en el desarrollo mental de un niño. Aparecen formas de organización diferentes, que entrañan nuevos descubrimientos. Y ahí estoy muy de acuerdo con Angélica.
Al margen de todo lo anterior, me parece un cuento hermoso, muy bien contado y con muy buen ritmo. Te felicito. Creo que no solo es válido para el niño protagonista de la historia, uno puede aplicarse el cuento porque es tan real como la vida misma. El título, muy sugerente.
Por lo pronto le recomiendo que adquiera un manual de ortografía básica, se lo lea y lo aplique en sus escritos. La historia no está mal como cuento infantil, pero dudo que sea apreciada en su justo valor en un certamen en el que impera el «drama políticamente correcto». Suerte en todo caso.
Interesante relato. pero pienso que un niño de 7 años no puede ser un filósofo en potencia. y ya hemos visto o leído muchas veces que a los ancianos menesterosos o vagabundos los presenten, a estos sí, como unos verdaderos filósofos.
Parece un cuento de Navidad. Lo siento, pero no capto más.
Hacerse mayor, no temer los propios descubrimientos, rasgar el velo, romper el hielo. Cuando la búsqueda es recompensada, y el que sabe leer entre líneas, toma su vida y entiende el mundo.
Angélica lo ha resumido bastante bien, al menos esa era la intención.
Lo cierto es que yo tampoco lo he entendido. Menos mal que el autor ha entrado con otro nick y lo ha explicado, pero aun así, me parece que no lo entiendo.
Y gramaticalmente bastante pobre, la verdad.
Pues a mí me ha gustado. Las explicaciones sobran.
Clarisimo post, puedo utilizar una parte del texto en mi blog?
Creo que tu relato enseña a un niño de siete años a romper un conflicto que te tiene bloqueado y, ¿cómo lo hace? Arrojando piedras contra el hielo (imagen muy acertada para proyectar esa rebeldía), hasta que consigue romperlo y que el agua mane de forma natural. Fin del conflicto, y liberación que asegura el desarrollo personal. Porque los siete años marcan un hito decisivo en el desarrollo mental de un niño. Aparecen formas de organización diferentes, que entrañan nuevos descubrimientos. Y ahí estoy muy de acuerdo con Angélica.
Al margen de todo lo anterior, me parece un cuento hermoso, muy bien contado y con muy buen ritmo. Te felicito. Creo que no solo es válido para el niño protagonista de la historia, uno puede aplicarse el cuento porque es tan real como la vida misma. El título, muy sugerente.
Mucha suerte.
Mi relato es el 41
Por lo pronto le recomiendo que adquiera un manual de ortografía básica, se lo lea y lo aplique en sus escritos. La historia no está mal como cuento infantil, pero dudo que sea apreciada en su justo valor en un certamen en el que impera el «drama políticamente correcto». Suerte en todo caso.
Interesante relato. pero pienso que un niño de 7 años no puede ser un filósofo en potencia. y ya hemos visto o leído muchas veces que a los ancianos menesterosos o vagabundos los presenten, a estos sí, como unos verdaderos filósofos.
El niño rompió el hielo antes de arrojar la piedra. Justo en el momento que comenzó a hablar con el anciano.
Mucha suerte.
Bonita historia. Crecer es complicado, pero no queda más remedio, y con un poco de ayuda siempre es más llevadero.
Suerte.