En el pasillo ya huele a puchero, y María tuerce el hocico pensando que de nuevo intentarán sin éxito que ella coma un plato de esa sopa de color blanco sucio, como de cocina vieja. (más…)
La playa estaba desierta, paraiso virgen al que la civilización esa mañana había olvidado presentándose como un cielo aquí en la tierra para quien osara atreverse a caminar con pies desnudos por sus puras y calientes dunas de arena blanca y fina. (más…)
Lo puedo ver. Con sus ojos de color azulado, una reminiscencia de cobre en las pupilas. Su mirada atenta observa mis movimientos por la habitación, envuelto en la más absoluta desesperación. Sólo queda en mí entereza suficiente para no dejar de escribir. (más…)
¡Por fin en la calle! Hace tres días que no he salido para nada, atrapado en casa por esa atmósfera densa y viciada propiciada por la maraña de ideas que pululan en mi cabeza. (más…)
A partir de las nueve menos diez, la plaza del Nervio comienza a recibir merodeadores. Mujeres de mediana edad con el carrito de la compra, o madres jóvenes acompañadas de niños aún demasiado pequeños para meterlos en el colegio; (más…)
“Me maravilla pensar que hay gente tan distraída como dispersa. Es una cuestión de conducta. Yo por ejemplo, me mantengo atento a todo lo que pasa a mí alrededor, sereno y calmo, tengo buen tacto para las situaciones que se me presentan. (más…)
Fuimos hasta la plaza. Me dijo que no le gustaba andar por la calle, así que mientras yo pedaleaba lento y dibujaba viboritas con la rueda de adelante, él caminaba apurado acompañando a su bicicleta como si fuera un escudero con el caballo de su señor. (más…)
Era uno de esos días. Sí, ya saben, uno de esos días tristes en los que volver a casa, despacio, tranquilo, hace las delicias de la mente, que solitaria se revuelve sobre sí misma. (más…)
Gregorio trataba de no imprimir demasiada rapidez en su trabajo. Su cuadrilla estaba remodelando la casa antigua de la calle Cervantes. El final implicaría volver a la cola del paro. (más…)
– Sé lo que estás pensando. Pero te aseguro que esta vez no lo vas a conseguir.
– ¿Estás seguro?
– Puedes apostar lo que quieras. (más…)